El especialista en Endocrinología y Jefe de Servicio en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), Felipe F. Casanueva, ha sido destacado esta semana con el mayor reconocimiento de la Sociedad Europea de Endocrinología, la European Hormone Medal. En el congreso celebrado en Múnich, Casanueva, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y jefe del grupo CIBEROBN, pronunció una conferencia tratando la obesidad como una epidemia actual.

-¿Qué supone para usted recibir este premio?

-Es muy especial. Me propuso la Sociedad Italiana de Endocrinología, pero lo votaron todas las sociedades nacionales de los países europeos. He tenido la suerte de ser el segundo en recibir esta medalla. Es un premio importante para la Endocrinología de Galicia, para contribuir un poco más a que se vea nuestro trabajo.

-¿Por qué habla de la obesidad como una epidemia?

-La obesidad es una gran epidemia en la actualidad y, sobre todo, me centré en ella como causa de cáncer. La gente sabe que produce enfermedades cardiovasculares, infartos, ictus, que lleva a un desarrollo de diabetes mellitus... Esto es bien conocido, pero no su vinculación con el cáncer.

-¿Qué tipos de cáncer están más ligados a la obesidad?

-Sobre todo cáncer de mama en la mujer y de próstata y colon en los varones. En nuestro grupo de investigación trabajamos intensamente en este tema desde hace cuatro años y aproveché para compartir los resultados, que están siendo publicados en revistas especializadas, para que los conocieran de primera mano.

-¿Cómo despidió su discurso ante sus compañeros europeos?

-Hice algo bastante novedoso. Conté que la grasa corporal no es siempre mala, también es nuestra amiga porque realmente si la perdemos por completo tendríamos diabetes y una alteración metabólica. Sugerí que la grasa corporal es lo que ha permitido al ser humano tener el cerebro más grande, relativo a su cuerpo, de todos. Además, es el órgano que más energía consume, no necesitamos estar pensando para que utilice el 20% de la energía corporal. Esta energía se consigue comiendo, en etapas de hambruna ha sido la grasa la que ha mantenido al cerebro activo.

-Entonces, ¿necesitamos algo de grasa en nuestro cuerpo?

-La grasa normal es imprescindible para el metabolismo del cuerpo y su funcionamiento normal. La grasa corporal es un enemigo cuando tenemos demasiada pero es un amigo cuando tenemos la que corresponde. Hay que tener la justa.

-¿Debería invertirse más en paliar la obesidad o en prevención?

-En ambas. La única forma de combatir la epidemia es evitar que la obesidad se desarrolle en nuestros niños. La posibilidad de que un niño obeso lo sea de adulto es de un 80%, mientras que un niño delgado tiene solo un 15%.

-¿Hay recursos suficientes para prevenir esta enfermedad?

-No se ha invertido suficiente. Es un problema de salud pública. El 23% de la población adulta española, es decir, uno de cada cuatro, es obeso. Los políticos no son conscientes de la gravedad del problema. De no atajarse, podría hacer saltar el sistema sanitario público. Puede llegar un momento en que no logremos pagar un sistema universal y gratuito como el que tenemos. La clave es mantener controlada la enfermedad.

-¿Qué pesa más para desarrollar la enfermedad: la genética o los hábitos de vida y la alimentación?

-La base genética es muy importante, pero los genes de ahora son los mismos que en la posguerra cuando nadie era obeso. Todavía no se sabe bien cuál es la causa que la provoca. Pero estamos seguros de que no es culpa del paciente, cuando una persona padece obesidad no tiene capacidad por sí misma de salir de la enfermedad.

-¿Qué recomienda al paciente?

-Que no se fíen de las dietas milagro y acudan al especialista. Y a los padres, que vigilen el peso de sus hijos y que en lugar de comprarles una consola, salgan los fines de semana a dar largos paseos.