Galicia camina hacia un declive demográfico sin retorno. Detrás de esta situación, está el descenso de la natalidad hasta alcanzar la cifra más baja de los últimos 13 años y el aumento de la esperanza de vida junto con la crisis económica que ha disparado la emigración de los jóvenes a otras comunidades y al extranjero. La población mayor de 65 años en la comunidad gallega supera ya en un 34% a los menores de 16 años y en algunos concellos los jubilados representan un tercio del padrón.

El índice de envejecimiento que mide la evolución de este colectivo en relación a cada 100 menores alerta de la sangría demográfica entre la población gallega. Galicia, con un índice de 188, es la segunda comunidad más envejecida -solo por detrás de Asturias-, una tasa que la coloca 74 puntos por encima de la media nacional y que supone un incremento del 141% respecto a la registrada hace cuatro décadas (49 jubilados por cada 100 jóvenes ).

Según la Fundación Adecco, el año 2000 marcó el punto de inflexión y un cambio de tendencia hacia "un país para viejos". Desde entonces, la tasa de envejecimiento empezó a subir año tras año hasta llegar a su máximo histórico actual.

Todas las provincias gallegas, salvo Pontevedra, se sitúan en el top ten de las más envejecidas de España. Destaca Ourense con la tasa de longevidad más elevada del país, con un 292, lo que significa que se contabilizan en la provincia el triple de personas mayores de 65 años que jóvenes. Una situación similar ocurre en Lugo, que se sitúa con un índice de 272 en el tercer lugar a nivel nacional, solo por detrás de Ourense y de Zamora (280). A Coruña cierra la lista de las diez provincias españolas más envejecidas, con una tasa del 180.

En los diez primeros puestos aparecen también León, Asturias, Salamanca, Palencia, Soria y Ávila, por ese orden. Pontevedra es la provincia gallega más joven pero en el conjunto del país ocupa el puesto 18, con un total de 148 jubilados por cada 100 menores de edad.

Provincias

El recorte demográfico hacia el desierto demográfico en Galicia ha evolucionado de forma diferente según cada provincia. Los concellos de A Coruña en 1975 mantenían el equilibrio entre mayores y jóvenes con un índice de 100, pero en 40 años creció un 80%. Pontevedra hace cuatro décadas era una población joven con 100 menores de edad por cada 80 jubilados, pero a día de hoy la tendencia ha cambiado y son 148 mayores de 65 años por cada 100 jóvenes, si bien el envejecimiento es menor que en el resto de la geografía gallega.

La mayor sangría se da en las provincias del interior. Ya en 1975 Lugo y Ourense eran zonas envejecidas con una tasa de longevidad de casi el 170%, una proporción que se ha disparado en la provincia lucense hasta el 272%, mientras que en la ourensana se incrementó en 122 puntos hasta el 292%.