Tras años duros y de "deterioro continuo" por la crisis en Galicia, el Consello Económico e Social (CES) aprecia un "cierto dinamismo económico" e "indicios de mejora" en la comunidad, si bien advierte de que hacen falta más medidas para consolidar este crecimiento y corregir los desequilibrios y las desigualdades que todavía muestra el sistema. "No caben las euforias, pero tampoco hay motivos para el pesimismo ya que la situación ha mejorado con respecto al año anterior", resumió la presidenta del CES, Corina Porro, en la presentación del informe de 2015. Constatados los indicios de recuperación económica, con un descenso de las cifras del paro o el avance en un 2,1% del PIB, entre las recomendaciones demandadas por el Consello Económico e Social figura el impulso de medidas de "dinamización" que promuevan el retorno de la población más joven a Galicia "con el reto de invertir la dinámica", dado que sigue marchando de la comunidad mucha más gente de la que viene para trabajar o vivir.

En su informe, el CES reflexiona que desde el año 2008 la pérdida de población se centra en el grupo de edad comprendido entre los 16 y los 44 años, con casi 125.000 personas menos desde entonces, a lo que se suma un saldo migratorio negativo, sobre todo a partir de 2012, debido a la salida al extranjero en busca de oportunidades. Todo ello provoca una contracción de la población activa en Galicia. Y de ahí que el CES también proponga, además de favorecer el retorno de jóvenes que tuvieron en emigrar, medidas de conciliación familiar y de apoyo a la natalidad "para alcanzar así una estructura poblacional equilibrada".

En su análisis, el Consello Económico e Social ve luces y sombras. Aspectos positivos pero también negativos, que sin embargo "permiten ver el futuro con optimismo", en palabras de Corina Porro, que sobre todo quiso destacar que el informe recoge el sentir generalizado de los sectores que componen este organismo autonómico.

Si bien es cierto que la economía creció el año pasado un 2,1% y se generaron 19.000 nuevos empleos netos, también es cierto que aumentaron las "desigualdades", derivado del descenso del peso de los salarios en el PIB, la mayor población en riesgo de pobreza o exclusión, el envejecimiento de la población o la precariedad laboral.

Según detalló Natividad López, miembro de la CIG y presidenta de turno de la comisión encargada de elaborar el informe, el pasado año se crearon 19.000 empleos más, pero para ello fueron necesarios realizar 887.000 contratos, lo que muestra su "elevada temporalidad". De hecho, el 93% de los contratos firmados fueron temporales -un 12% más que en 2014- y un 30% no superó la semana de duración.

"Hay un paro muy elevado en los mayores de 45 años, que también es muy elevado entre los más jóvenes, y más de un 45% de los desempleados son considerados parados de larga duración", añadió Natividad López, que argumentó que las soluciones no deben tener "un tratamiento homogéneo" sino que hay que "aplicar medidas específicas para los distintos grupos porque las necesidades y las problemáticas son muy diferentes".

En cuanto al comportamiento de los sectores productivos, todos contribuyeron en positivo a la evolución del PIB gallego, especialmente el textil, pero el CES advierte de la dificultades por las que atraviesa el sector lácteo y reclama por ello a la Xunta políticas para "alcanzar una mayor competitividad". A pesar de que la rama industrial registró una notable expansión, el Consello Económico e Social considera que se debe realizar una apuesta más intensa por la investigación y el desarrollo, pero también por la internacionalización de las empresas gallegas y de las exportaciones.