La ola de incendios que devora Galicia desde el lunes no da tregua. Las fuegos arrasaron en tan solo cuatro días en los montes gallegos casi 6.000 hectáreas, la mitad de lo que ardió en la comunidad en todo el año pasado. Es como si de un plumazo las llamas redujesen a cenizas casi la mitad de la ciudad de Vigo o dos municipios del tamaño de Sada. El foco ayer se mantuvo en la zona cero, la provincia de Pontevedra, donde el concello de Arbo fue el más castigado por la voracidad de las llamas, que calcinaron más 1.500 hectáreas. Al cierre de esta edición diez incendios permanecían fuera de control, cuatro de ellos con amenaza para la población por su proximidad a las viviendas -Santiago, Porto do Son, Crecente y Arbo- . Uno de ellos se inició a medianoche en el monte Pindo, en el concello coruñés de Carnota, un paraje natural que ya en 2013 sufrió la lacra de los incendios con 1.600 hectáreas arrasadas. Las altas temperaturas, el clima seco y los fuertes vientos se convirtieron en una combinación letal para los trabajos de extinción.

En la provincia de A Coruña, el fuego declarado en la parroquia de Fecha (Santiago) comenzó a media mañana del miércoles y la extensión afectada supera las 800 hectáreas. Más superficie (casi 900 hectáreas) devoraron las llamas en Porto do Son, que alcanzó las parroquias de Baroña, Xuño y Caamaño, aunque el foco de la primera zona se dio por controlado ayer el mediodía. El incendio obligó a desalojar a unas mil personas, en su mayoría de viviendas de este municipio y otras que se encontraban en el camping de Baroña, que fueron trasladados a la Casa da Cultura del pueblo y a pabellones deportivos. En la parroquia de Albeos, en el concello pontevedrés de Crecente, continuaban a última hora de ayer luchando contra un incendio que comenzó cerca de las seis de la tarde del miércoles y que afecta a más de 200 hectáreas.

El foco de mayor magnitud de la ola de incendios de este verano es el de Arbo, que arrasó ya 1.515 hectáreas, según el balance provisional de la Consellería de Medio Rural. Activo desde última hora de la tarde el miércoles, cuando el viento soplaba con especial virulencia, el fuego se inicio en la parroquia de Mourentán. Otros cinco fuegos se mantenían a última hora de ayer activos, fuera de control, pero sin grandes variaciones en cuanto a las hectáreas quemadas. Se trata de los incendios declarados en Vimianzo (70 hectáreas), Cee (180), Avión (345) y los dos de Soutomaior (en la parroquia homónima, 230 hectáreas, y en Arcade, 400). Los focos de Tenorio y Viascón, en Cotobade (365 y 40 hectáreas arrasadas, respectivamente); Lérez, en Pontevedra (17), Mondariz (200) y Caldas de Reis (300) se mantenían anoche bajo control, pero aún no habían sido dado por extinguidos, como sí lo ha sido el de Fisterra, en la parroquia de Duio (tras quemar 28 hectáreas). A estos fuegos hay que sumar los también ya apagados en Ribeira (81,7 hectáreas) y Cee (100, pero solo 21 forestales).