Una semana después de que se declarase el primer gran incendio del verano, en el municipio pontevedrés de Arbo (con casi 1.600 hectáreas calcinadas), la batalla contra las llamas se sigue librando en los montes gallegos. Durante el fin de semana la lucha de los equipos de extinción se trasladó de la franja atlántica, donde los fuegos se cebaron con el sur de la provincia de Pontevedra y la zona de O Barbanza, al interior de Galicia. La voracidad de los focos en la provincia de Ourense, que obligó a activar la alerta 2 por la proximidad a las viviendas en Pobra de Trives, provocó el traslado al hospital de cinco operarios intoxicados por inhalación de humo. El último de los trabajadores herido leve que permanecía ingresado fue dado de alta ayer por la tarde.

Por séptimo día consecutivo, bomberos y particulares mantuvieron una dura contienda contra las llamas en una ola incendiaria con focos de gran magnitud, muchos de ellos en núcleos rurales y con desalojos incluidos. La ola de la semana pasada obligó a desalojar a unos 2.500 vecinos y el balance de las hectáreas afectada supera ya las 7.000 hectáreas, el 90% de toda la superficie calcinada en lo que va de año en la comunidad (unas 9.000 hectáreas)..

A primera hora de la tarde de ayer, la Consellería de Rural desactivó la situación 2 de alerta en el incendio de Pobra de Trives por la proximidad de las llamas a la población. La superficie afectada por este fuego, que redujo a cenizas una vivienda, alcanza las 164 hectáreas, según las últimas estimaciones.

Los equipos de extinción dieron por estabilizado el foco en Melón, en parroquia de Quins, con una superficie afectada de unas 100 hectáreas.

Bajo control también quedó ayer el fuego declarado en San Millao, parroquia de Cualedro (Ourense), donde las llamas afectaron a una superficie de 450 hectáreas.

En Cervantes (Lugo), parroquia de San Tomé, continuaba a última hora de ayer activo un incendio que afecta a una superficie de más de 30 hectáreas.

En las parroquias de Xuño y Caamaño, en Porto do Son, las llamas continuaban controladas ayer, mientras que en la parroquia de Baroña, donde comenzaron las llamas, ya está extinguido. Y en Arbo, también seguía ayer bajo control.

Intencionalidad

La mayoría, según apuntó el presidente de la Xunta la semana pasada, fueron provocados. Prueba de ellos son varias velas halladas en un incendio del municipio ourensano de Padrenda. La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, señaló ayer en Radio Galega, como prueba de esta actividad incendiaria, los más de 20 focos registrados en Ourense desde la madrugada del domingo, así como el hallazgo de velas en el fuego de Padrenda, en el que se llegaron a contabilizar hasta cuatro focos de forma prácticamente simultánea. Sobre el incendio detectado en Pobra de Trives, Vázquez señaló que, en un primer momento, estaba "prácticamente estabilizado", pero que se desencadenó una tormenta con "fuertes vientos variables" que impidieron la acción de los medios aéreos y complicaron los trabajos. Esta situación, según advirtió, provocó el descontrol del incendio, que llegó a afectar a una vivienda en el lugar de Seixo. Las llamas calcinaron ayer por completo la casa en la que residía una mujer y sus tres hijos. Ayudados por las brigadas de extinción, pudieron sacar a tiempo el ganado de las cuadras y los coches.

El incendio en Pobra de Trives se originó en la parroquia de Navea a las 18.24 horas del domingo, a unos cincuenta metros de las viviendas, y debido a un cambio de viento, a las 21.30 amenazaba ya una de las casas, establos y pajares de la única familia que vivía en Seixo. Protección Civil de Trives explica que estuvieron a "unas temperaturas altísimas, de 30 grados". De nada sirvieron las cuatro gotas de agua que cayeron, debido a una pequeña tormenta.'