Uno de cada diez incendios cometido en la comunidad gallega está provocado por pirómanos. Pero casi el 30% de los detenidos como presunto autor de un fuego forestal habían estado sometidos a algún tratamiento psicológico o psiquiátrico. Sin embargo, ninguna de las cinco cárceles gallegas dispone de módulos psiquiátricos para incendiarios. Esta carencia se suple recurriendo al psiquiátrico de Conxo, el único en la comunidad que atiende en régimen de internamiento cerrado a los incendiarios condenados.