La revolución digital comienza a colonizar el campo, que se prepara para decir adiós a la metodología tradicional para planificar cosechas y recolecciones. Será sustituida por pronósticos informáticos. Al hilo de los cambios tecnológicos, Europa modificará la estrategia de la Política Agrícola Comunitaria (PAC), a fin de aportar dinero a ese desarrollo tecnológico en el que entran en juego desde el big data hasta los drones y los sensores.

Las estimaciones de las Naciones Unidas pronostican que para el año 2050 unos 9.000 millones de personas en el mundo necesitarán comer, al menos, tres veces al día. La agricultura deberá aumentar los rendimientos hasta un 70 por ciento y este incremento tendrá que efectuarse de manera sostenible. ¿Cómo? Consumiendo menos agua, menos fertilizantes, y utilizando la misma cantidad de suelo, con el fin de preservar el medio ambiente.

Así que la PAC deberá asignar ayudas, tanto directas como en los planes de desarrollo rural, a despejar el camino a la introducción progresiva de esas tecnologías digitales para el sector agrario. Si hace solo unos años llegaban a las cuadras los ordenadores para controlar las producciones y los robots de ordeño para facilitar las tareas, ahora se trata de lograr lo que los expertos llaman "agricultura de precisión", basada en obtener cultivos "verdes" y "sostenibles" a partir de pronósticos informáticos que emplean sofisticadas tecnologías.

Lo cierto es que la creciente demanda de productos agrícolas de alta calidad y seguridad, combinada con la necesidad de proteger el medio ambiente, obsesiona a los responsables políticos de la Unión Europea, que encomiendan a los técnicos la compleja tarea de buscar fórmulas novedosas para producir más cantidades de comida con menos gasto de recursos.

José Luis Miguel, director técnico de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), tiene claro que la agricultura basada en macrodatos "ha llegado para cambiar la producción agropecuaria". Esta mutación agrotecnológica es para el experto "la nueva revolución verde".

Miguel estima que la agricultura basada en macrodatos posibilita crear "un nuevo ecosistema de trabajo que nos permitirá recolectar, almacenar y procesar grandes volúmenes de información de diferentes orígenes y, a partir de aquí, desarrollar aplicaciones capaces de responder a nuestras necesidades".

A lo largo de los siglos los agricultores gallegos, como la mayor parte de los del mundo, se han fiado de la tradición y de la naturaleza para interpretar señales que aconsejan o desaconsejan sembrar o realizar ciertas tareas. Hoy el big data entra en acción para hacer más certeras esas predicciones hasta lograr el ansiado objetivo de recolectar muchos y buenos productos "de diseño" con toda clase de nutrientes y propiedades saludables. Pero no todo es salud y cuidado del medio ambiente en ese gran paso digital que acometerá la agricultura europea.

La volatilidad de los precios de los alimentos y de los mercados agrícolas, con perniciosos resultados como la larga crisis padecida por el sector lácteo gallego y europeo, pone de relieve la necesidad de aumentar la competitividad de las explotaciones europeas, que necesitan competir en un mundo globalizado.

Llegados a este punto se entiende que los conceptos de "agricultura digital" y "cultivos de precisión" ya copen el debate de la nueva Política Agrícola Comunitaria para el periodo 2021-2017.

Y es que con la última reforma hasta 2020 apenas comenzando a aplicarse la Comisión Europea considera que el desarrollo de la "agricultura de precisión" es una oportunidad para que los agricultores de la UE produzcan más a menor coste.

Los expertos consideran que los agricultores y ganaderos que se apunten a las nuevas tecnologías obtendrán mayor provecho de los abonos, pesticidas y fertilizantes, y además contribuirán a proteger los terrenos de la erosión. Los sensores identificarán zonas específicas en los campos que necesiten un tratamiento especial, a fin de detectar dónde deben usarse productos químicos. La Dirección General DG Connect y la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea trabajan intensamente en el terreno de la "agricultura de precisión" o "agricultura digital".

De hecho, está previsto que se destinen recursos a fomentar la investigación en la UE en este terreno, en el marco de la Alianza para Internet sobre Innovación (AIOTI por sus siglas en inglés). En el marco de esta iniciativa se financiará un proyecto piloto a gran escala por valor de 30 millones de euros.

Además, el dinero empezará a llegar a licitaciones públicas para proyectos con una fuerte impronta en la innovación digital y la agricultura, en el marco del presupuesto del programa Horizonte 2020.

Los cambios crearán nuevos puestos de trabajo. Aparecerán asesores especiales que ayudarán a concretar esa "revolución digital" en las explotaciones. La Asociación Europea de Maquinaria Industrial Agrícola considera esencial contar con una infraestructura rural de banda ancha. La reclamación coincide con la que realizan los agricultores y ganaderos asturianos y, en general, los habitantes del medio rural.

En España van dándose avances. La aplicación A pie de campo, de UPA, se basa en un GPS que indica al agricultor las zonas por las que ya ha pasado para que no se solapen las áreas fertilizadas. Es solo un pequeño ejemplo. Habrá muchos más.