La guerra abierta en el PSOE para tomar las riendas del partido en Ferraz ha cruzado el Padornelo. Las familias socialistas que aspiran a liderar el nuevo PSdeG ya han tomado posición en las trincheras y han empezado a disparar a su enemigo. El sector crítico del PSOE gallego, capitaneado por el alcalde de Vigo, Abel Caballero, y el líder den la sombra de los socialistas en Ourense, Pachi Vázquez, urgieron ayer el relevo de la gestora que dirige el partido en la comunidad desde hace seis meses, máxime después de la debacle en las urnas el 25-S. Una cita electoral en la que los socialistas gallegos cosecharon los peores resultados de la historia, con tan solo 14 escaños, cuatro menos que en las autonómicas de 2012. Desde el órgano que dirige Pilar Cancela, eludieron ayer entrar a "calificar las opiniones de los militantes".

Tan solo 48 horas después del fisasco electoral del PSdeG, surgieron las primeras voces que reclamaban la renuncia de Cancela y también del candidato a la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga. Con la crisis abierta en Ferraz, el sector crítico con la gestora, afín a Pedro Sánchez, ha vuelto a la carga para pedir el relevo del órgano. Para Julio Sacristán, secretario del PSOE provincial de A Coruña, la responsabilidad del resultado del 25-S "es de todos", según apuntó el declaraciones a este periódico el miércoles, al tiempo que apelaba a sus compañeros de partido a discutir la derrota en los órganos internos.

Partido roto en dos

"Hay voces que están reclamando desde hace tiempo un congreso para Galicia, pero sigue una gestora que no tiene ningún apoyo de los militantes", sentenció ayer el alcalde de Vigo. Ante las declaraciones de Cabellero en una entrevista a la Cadena SER, el senador Modesto Pose, afín a la gestora, dejaba en su Twitter: "Me invade la tristeza y la rabia, pero me voy a morder la lengua (de momento)".

También quiso marcar territorio en la guerra de la federación gallega, Pachi Vázquez, quien centró su artillería en la presidenta de la gestora. "Cancela no representa el socialismo de Galicia ni a sus militantes, representa a Ferraz y a los que engañaron a los militantes", escribió en las redes sociales. La también diputada fue objeto de un reproche por parte de la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, que la afeó defender la consulta a las bases para solventar el liderazgo de Pedro Sánchez cuando ella fue designada "a dedo" desde Ferraz.

El PSdeG experimenta su propio conflicto interno tras un batacazo histórico en las autonómicas del pasado domingo que situaron al partido del puño y la rosa como tercera fuerza, empatado con En Marea, que se estrenará el en Parlamento con 14 escaños y casi 17.000 votos más que los socialistas.

Ese resultado se produjo tras meses en que la gestora actuó como si sus funciones fuesen mayores que las de administrar el día a día. El proceso de primarias para elegir candidato a la Xunta y el cambio en las listas electorales lo evidenciaron: Cancela y José Ramón Gómez Besteiro, el secretario xeral que dimitió por sus imputaciones judiciales y que sigue controlando Lugo, visitaron a Pedro Sánchez en Ferraz proponer a Leiceaga como candidato a la Xunta, también avalado por el PSOE de A Coruña. Allí recibió el plácet de Sánchez. Esa situación marcó un distanciamiento con las provincias de Pontevedra y Ourense que tornó ruptura tras el cambio de las listas electorales.

Caballero vinculó esas actitudes con el resultado electoral. "En Galicia se tomaron decisiones muy equivocadas. ¿La consecuencia? La mayoría absoluta e Feijóo. Se la podíamos haber quitado. Hicimos un proceso de unidad en Galicia, si fuese adelante, a lo mejor no la tenía", apuntó el alcalde, que pese a gobernar con mayoría absoluta en Vigo en las elecciones autonómicas del 25-S el PSdeG de desplomó hasta convertirse en tercera fuerza, por detrás del PP y En Marea.

Los estatutos del partido establecen que el congreso gallego para decidir el nuevo secretario xeral debe ser posterior al cónclave estatal, pero la propia Cancela reconoció la posibilidad de adelantarlo debido a la cercanía de las elecciones.

"Es una obviedad que el partido necesita un rumbo", defendió Caballero tras cuatro elecciones -dos generales, las gallegas y las vascas- con "un resultado francamente flojo por decirlo suave". Así justificó las dimisiones que ponen en un brete la continuidad de Sánchez. Ahí comparó la situación con Galicia para afear a la gestora gallega que pida voz para la militancia para que el secretario general siga en el cargo.

"Los que tienen en Galicia una gestora desde hace seis meses, decidida por Ferraz, por cierto sin consultar a Abel Caballero miembro de la ejecutiva federal, ahora se oponen a una gestora [en Madrid]. No sé si es lo más adecuado usar un rasero para Galicia y pretender usar otros para otros sitios", añadió. "Los que están dirigiendo el partido en Galicia sin el voto de los militantes, ¿cómo pueden hablar del voto?", concluyó.