Baja producción y precios altos. Este es el resumen que hacen los productores de patata de la comarca de Bergantiños de la última cosecha. La campaña, que está a punto de finalizar, ha estado marcada por el tiempo: abundantes lluvias durante la primavera y sequía entre junio y septiembre. Estas condiciones meteorológicas han provocado que la cosecha se redujese un 25%. "La campaña ha estado marcada por las lluvias que se produjeron durante la primavera, lo que ocasionó un retraso en la siembra y que en algunos lugares se hiciese en suelo mojado", relata Juan Carlos García Pose, miembro de Asaja Galicia y socio de la empresa Casa da Tuya, que se dedica a la producción de la patata de Coristanco. "Este año ha estado caracterizado por un virulento ataque de hongos debido a las lluvias. Hacía años que los agricultores no sufrían ataques tan potentes", reconoce Pose quien explica que además de la lluvias de primavera, entre junio y septiembre prácticamente no llovió y esa situación también afectó a los tubérculos.

Como contrapartida, los precios de venta son altos con respecto a otros años. La media suele estar en los 50 céntimos por kilo, pero en estos momentos se está vendiendo a 90 o por encima del euro. Pero Juan Carlos García Pose hace una puntualización. "Es cierto que los precios son altos, pero no llegan para equilibrar las pérdidas que supone el 25% de media de caída de la producción", reconoce. Además, hubo explotaciones que perdieron el cien por cien de la cosecha. "El precio alto no te está salvando por las pérdidas que has tenido", se lamenta. Debido a los problemas derivados de la meteorología, los costes de producción han sido mayores. La media en la comarca de Bergantiños, que aglutina a los concellos de Carballo, Coristanco, A Laracha, Malpica y Ponteceso, es de unos 22 céntimos por kilo, pero este año han sido superiores.

Una situación similar, en cuanto a la caída de producción, aunque no con los precios se está viviendo en A Limia, la principal comarca productora de patata de la comunidad. Al contrario que en Bergantiños, donde la cosecha está prácticamente acabada, en esta zona ourensana está comenzando.

Las lluvias de primavera también retrasaron la plantación. Lo habitual es hacerlo a mediados de mayo y se tuvo que aplazar hasta principios de junio. "Este año estamos empezando con la cosecha, mientras otros años a estas alturas ya se había acabado", explica José Ramón González, responsable de producción agrícola en Unións Agrarias y agricultor en la zona de A Limia. González afirma que debido a las inclemencias del tiempo los gastos de producción este año se han elevado. La calidad de la patata, apunta, es "excepcional", aunque la cantidad, al igual que en la comarca de Bergantiños, será menor.

Las previsiones que manejan es que la producción se recorte un 25% debido a que "por el mal tiempo se plantó menos". Esta previsión está hecha "si el tiempo acompaña" porque si llueve no podrán cosechar las patatas ya que "las máquinas no funcionan si la tierra está húmeda".

José Ramón González vaticina que "no hay nada que haga pensar que vaya a haber unos precios por debajo de lo normal", aunque hasta que no acabe la cosecha no se atreve a dar números. En la zona de A Limia los costes de producción están en 12 céntimos por kilo "y a partir de 15 se empieza a ganar". En estos momentos la venta de los agricultores que tienen contrato está en los 13 céntimos y se espera que el resto alcance los 18. González se queja de los contratos entre los productores y los almacenes. "En este sector no se cumple la ley de la cadena. Son contratos de palabra", afirma.

Los productores señalan como causante del descenso de precios de los últimos años la "invasión" de la patata francesa. Lamentan las presiones que, a su juicio, ejerce sobre el mercado la gran distribución, en manos francesas y alemanas, que ha decidido, un año más, comprar patata de Francia en detrimento de la española.

España es un gran importador de patata. Un 62% de la importación hortícola en el primer semestre del año (717.749 toneladas) fue de este tubérculo (446.176) y, de esta cantidad, un 72% procedió de Francia (320.733), según datos de la patronal hortofrutícola Fepex.

En 2015, las importaciones totales de patata rondaron las 700.000 toneladas y, de estas, más de 500.000 eran francesas. El pasado año la producción española fue de 2,2 millones de toneladas. La segunda comunidad más productora fue Galicia con 460.000. Castilla y León lideró la clasificación con 830.000.