La décima legislatura de Galicia arrancó ayer con una apelación del presidente del Parlamento, Miguel Santalices, al "respeto institucional" dentro del hemiciclo, tras un anterior periodo legislativo que fue especialmente bronco y con agrios enfrentamientos, protagonizados sobre todo entre AGE y PP. "Mi función es velar para que los diputados trabajen agradablemente en esta Cámara y que cumplan su función como ha de ser", señaló el diputado ourensano tras resultar reelegido como presidente de la Cámara con los 41 votos a favor del grupo popular y las 34 abstenciones de la oposición.

Junto a él formarán parte de la Mesa, los populares Diego Calvo -elegido vicepresidente primero- y Raquel Arias, que será secretaria, y que relevan así a Marta Rodríguez Arias y José Manuel Balseiro. Ambos abogaron también por el "diálogo" dentro del Parlamento y por propiciar un "buen clima". Los otros dos puestos del órgano de dirección de la Cámara quedaron reservados para En Marea y el PSdeG-PSOE. La vicepresidencia segunda será ocupada por la parlamentaria de la confluencia de izquierdas, Eva Solla, y la socialista Concepción Burgo será vicesecretaria.

Tras tomar posesión los miembros de la Mesa del Parlamento, los 75 diputados procedieron a prometer o jurar que acatarán y guardarán fidelidad a la Constitución y al Estatuto de Autonomía. La mayoría optaron por la fórmula de "prometer", que fue la utilizada por el presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijóo, o el portavoz del PP gallego, Pedro Puy, frente a Alfonso Rueda, por ejemplo, que juró su cargo. Pero la nota discordante la pusieron En Marea y BNG que se salieron del guión y añadieron sus propias reivindicaciones. Los nacionalistas prometieron su cargo aclarando que lo hacían por "imperativo legal" y con un clavel rojo y el volumen de Sempre en Galiza de Castelao apostillaron su compromiso "a ser fieles a Galicia y a defender los derechos sociales y nacionales de los gallegos y su libertad".

Los parlamentarios de En Marea usaron cada uno sus propias fórmulas. Desde Carmen Santos que se comprometió a "construir una Galicia justa para todos" al diputado David Rodríguez que parafraseó a Xosé Manuel Beiras y prometió "defender la libertad y la igualdad del pueblo gallego". Pero el más contundente fue el portavoz de En Marea, Luís Villares, que comprometió su palabra, "y si fuese necesario" su vida para defender la libertad, la dignidad y la felicidad de la sociedad gallega.

Mientras el Parlamento iniciaba su andadura, a sus puertas se concentraban trabajadores afectados por el ERE de Isolux-Corsan y el Banco Popular. El anterior periodo legislativo estuvo marcado también por varias protestas que trasladaron su indignación al hemiciclo y broncas sesiones parlamentarias, en las que Xosé Manuel Beiras, líder de AGE, tuvo un papel protagonista. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se marcó estos días como objetivo llevar la calle al Congreso, lo que para algunos fue interpretado como que la formación morada se proponía ser más agresiva al ejercer la oposición.

En este contexto, Santalices dedicó sus primeras palabras como presidente del Parlamento a pedir "respeto institucional". Además se comprometió a "seguir profundizando" en uno de los avances de la pasada legislatura: la participación ciudadana en la Cámara y recordó a su padre, quien no quería que se dedicase a la política, para señalar que "hoy estaría contento".

Más de 200 invitados siguieron la sesión constitutiva del Parlamento Entre ellos, varios expresidentes del Parlamento, el líder de Anova, Xosé Manuel Beiras;, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega: su homólogo en Pontevedra, Miguel Fernández Lores; el exregidor de A Coruña Carlos Negreira, la presidenta del Consello Económico e Social, Corina Porro o los diputados de En Marea en el Congreso.