El presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijóo, afeó ayer que su Ejecutivo no obtuviera "ningún acuerdo ni apoyo" del resto de grupos políticos para el impulso de las fusiones de ayuntamientos y, tras recordar que en los últimos años hubo dos, constató que "el movimiento y la tendencia es positiva", aunque "el ritmo es manifiestamente insuficiente".

Así lo declaró en relación a la propuesta de la Red Localis, formada por profesores e investigadores universitarios y secretarios municipales, que abogan por reducir a la mitad el número de ayuntamientos de Galicia y dejarlos con una población mínima de entre 5.000 y 7.000 habitantes. Su propuesta, para la que no pusieron plazos, para por reducir los 313 concellos actuales que tiene Galicia a una horquilla de entre 141 y 170 ayuntamientos, dado que los más pequeños condenarían a sus vecinos en vivir casi en condiciones de supervivencia por la falta de servicios públicos.

Feijóo señaló que él comparte que las fusiones "son útiles" y que habría que "insistir y persistir" en este tipo de uniones porque la distribución del mapa municipal del siglo XIX "no es la del XXI". Recordó que cuando accedió a la Xunta en su primer mandato intentó abrir el debate para impulsar las fusiones de ayuntamientos, pero que no encontró respuesta alguna en los partidos que conformaban la oposición. "Tras ver que no hay ningún tipo de ayuda ni complicidad por parte de ningún grupo parlamentario se optó por plantearla de forma voluntaria, aunque incentivada, y obtuvimos dos (Oza-Cesuras y Cerdedo-Cotobade)", subrayó.

Por su parte, el presidente socialista de la Diputación de Lugo, Darío Campos, negó ayer que los ayuntamientos sean "inviables" y, por tanto, advirtió que la fusión municipal "no es la panacea". "Los ayuntamientos tienen una función muy importante, cercana a los vecinos", reivindicó el también alcalde de A Pontenova, tras apuntar que sería "inviable" que "muchas de las funciones" que actualmente asumen los municipios las desarrollasen otras administraciones.