En la Galicia de las 3.000 fiestas, más de 4.500 personas -desde músicos y técnicos a operarios que montan el escenario- viven de la verbena, un sector que mueve 25 millones de euros al año. Las más de 300 orquestas que cada verano recorren la geografía gallega para que ninguna parroquia se quede sin echar un baile en sus fiestas patronales están ahora en temporada baja y limitan sus actuaciones a salas y discotecas, pero cuando en primavera retomen su actividad al 100% tendrán una seguridad laboral de la que hasta ahora carecían. Las orquestas gallegas acaban de firmar su primer convenio colectivo que permitirá regularizar sus condiciones salariales y su jornada laboral, un documento que para los sindicatos es "histórico". Con este texto, el sector aspira además a reducir el fraude que a veces se da en muchas de las actuaciones, cuando "el dinero entra en blanco desde las comisiones de fiesta y se convierte en negro", según Pedro Pérez, de la CIG.

Representantes de CIG, Comisiones Obreras, UGT y CSIF junto con la Asociación Galega de Orquestas (AGO) -que engloba al 90% del sector- firmaron un texto que fija, por ejemplo, que la jornada laboral será de 1.680 horas al año. Las empresas estarán obligadas a computar los ensayos como horario laboral. Lo mismo se hará con la actuación en la sesión vermú que sirve de aperitivo y anticipo de la verbena nocturna y que se celebra después de la misa y la procesión. Antes de la firma del convenio ni siquiera se pagaba, igual que tampoco se recogían los descansos que ahora sí aparecen reglados.

Los profesionales dejarán de cobrar 30 euros de salario bruto por cada jornada de actuación. Una cantidad que, según los sindicatos, no era creíble en empresas que facturan hasta 1.800 por espectáculo. Eso sin contar las orquestas más demandadas todos los veranos y con más caché, que pueden cobrar hasta 25.000 euros por gala. Los trabajadores de la verbena empezarán a cobrar en el periodo 2017-2018 en función de la facturación de la sociedad que los contrata y con diferencias entre la temporada alta -del 1 de mayo al 31 de octubre- y la baja.

El convenio divide a las empresas en cinco grupos según sus ganancias anuales e incluye otros cuatro en cada categoría según el puesto de trabajo. De esta forma, los salarios más bajos se darán en compañías que ingresen menos de 150.000 euros y oscilarán entre 1.035 y 1.185 euros tanto en temporada alta como baja. Las orquestas que ganen más 750.000 deberán pagar a sus empleados en verano entre 1.620 y 1.860 euros. En invierno, los sueldos de las orquestas que obtienen más de 150.000 euros de beneficio al año oscilará entre los 1.175 euros para las que menos facturan y 1.350 euros para las que más recaudan.