Lo bueno y lo malo. Cuando un heredero abre un testamento no solo recibe el piso, las joyas, el coche o el dinero depositado en el banco. Las deudas también. Desde las hipotecas que quedan por amortizar de una vivienda, el préstamo para la compra de un vehículo o una reforma o las facturas pendientes de pago a autónomos o empresas. A ello se sumaba el desembolso del correspondiente impuesto de sucesiones, que de media acarreaba más de 6.000 euros a cada contribuyentes gallego que recibía una herencia. Dos factores determinantes que llevaban a cada vez más contribuyentes gallegos a renunciar a los bienes legados. Pero por primera vez desde el estallido de la crisis económica, desciende el número de renuncias a herencias, tanto en el conjunto de España como en Galicia en concreto.

En el primer semestre del año, un total de 1.027 gallegos rechazaron el contenido del testamento, lo que supone casi un 6% menos que el mismo periodo de 2015. En conjunto del país, el balance fue 18.043, un 2,8% menos que los primeros seis meses del año pasado, según datos del Colegio General del Notariado.

Al cierre de 2015, un año antes de que entrase en vigor la forma fiscal de la Xunta, las renuncias a herencias en Galicia superaron las 2.300, un 12,5% más que el ejercicio anterior. El balance nacional fue de casi 37.700, lo que supone un incremento del 9,6%. En el primer semestre de este año, los rechazos a herencias aumentaron en cinco comunidades: La Rioja (26%), Murcia (23%), Canarias (12%), Comunidad Valenciana (6%) y Castilla- La Mancha (1,7%).