El progresivo incremento de los precios del alquiler desde mínimos respecto al repunte de la demanda frente a las hipotecas para comprar vivienda ha provocado que encontrar una vivienda por menos de 500 euros mensuales en cualquier capital española sea cada vez más complicado. Galicia no sigue esa tendencia y en noviembre de este año, casi el 80% de las viviendas de las capitales gallegas anunciadas en el portal idealista.com mostraban un precio inferior a esa cantidad. La mayoría del mercado (el 60%) se mueve entre los 300 y los 500 euros en la comunidad gallega, mientras que apenas un 8.2% se sitúa por debajo de los 300. Aún así, la proporción de los más económicos en Galicia es la más elevada en comparación con el resto de autonomías. En la horquilla de 500 a 1.000 euros aparece el 27,9% de las viviendas. Más difícil es encontrar inmuebles con alquileres entre 1.000 y 1.500 euros, que apenas representan el 2,6% junto el 1,5% de las viviendas en alquiler por las que los inquilinos deben pagar a sus caseros más de 1.500 euros al mes.

En la ciudad de A Coruña, los alquileres más económicos -por debajo de los 300 euros- suponen el 3,6% del total pero hace tres años eran el 4,2%. Sin embargo, los pisos con rentas entre 1.000 y 1.500 euros pasaron de representar el 2,2% al 4,7% y los que cuestan más de 1.500 también crecieron del 1,5% al 2,3% del parque inmobiliario. De todas formas, el importe de casi la mitad de los pisos en alquiler oscila entre los 300 y los 500 euros y casi el 42% entre los 500 y los 1.000 euros. Mientras que en el primer caso, que sería el segundo segmento más barato, la proporción se redujo en 12 puntos desde 2013, en el segundo aumento en 10 puntos.