Casi 1.700 aldeas están abandonadas en Galicia, un 40% en la provincia de A Coruña. Son 55 más que las 1.164 registradas el año pasado, lo que supone la despoblación de un pueblo por semana y un 5,5% de los 30.000 núcleos contabilizados en la comunidad. Pero en algunas zonas de la geografía gallega ya no solo es posible encontrarse núcleos sin tan solo un vecino sino parroquias enteras en las que el sacerdote no tiene a quien dar misa los domingos o que están a punto de extinguirse al desaparecer la población de todas las aldeas que la conforman.

La parroquia de San Salvador de Soutomourelle, en el municipio lucense de Castroverde, y la de Rebordondo, en Monterrei (Ourense), ya están totalmente deshabitadas, según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE).

La situación también es dramática en otras cuatro parroquias donde no es posible sumar más de cinco vecinos entre todos los núcleos. Las cuatro están en la provincia de Ourense: Cantoña, en Baños de Molgas; Fontao en A Teixeira; A Alberguería, en Vilar de Barrio y Allariz en el concello que lleva el mismo nombre.

Si se abre un poco más el umbral de población y se cuentan los entes parroquiales con menos de una decena de habitantes hay dos más: San Xoán de Seoane, en el ayuntamiento coruñés de As Pontes y Santa Vitoria da Mezquita en el ourensano de A Merca. Ambas solo cuentan con ocho residentes. Y también en riesgo, al encontrarse por debajo de la veintena de vecinos, están casi medio centenar de aldeas. En concreto 44.

Esta sangría demográfica se ceba en especial con el interior gallego. En 14 parroquias de las 1.271 registradas en la provincia Lugo y en 27 de las 918 de Ourense la población no llega a la veintena. En A Coruña destacan tres casos: San Pedro de Donas, en el ayuntamiento de Boqueixón, y San Estevo Vivente, del municipio de Oza dos Ríos, con 20 y 16 habitantes respectivamente, junto con la ya mencionada de As Pontes. De esas 44 parroquias por debajo de los 20 vecinos en Galicia, ninguna pertenece a la provincia de Pontevedra.

La población gallega experimentó en el último siglo un proceso acelerado de concentración cada vez más gente habita en menos espacio. Si en 1900 tres cuartas partes de los habitantes de la comunidad se expandían por el 90% de su territorio, en poco más de cien años las cifras se han invertido y ahora apenas un tercio de los ciudadanos se extiende por el 94% de la superficie. El resto, el 67,7%, se aprieta en el 6,2% restante.

El rural se ha ido despoblando y han ido ganando peso las ciudades y las villas y sus alrededores, que se reparten a 1,8 millones de gallegos. Con todo, son las siete urbes las que asumen principalmente la carga: en el 0,7% que representan de la superficie total de la comunidad gallega dan alojamiento a 971.271 gallegos. En su estudio de 2016 el Instituto Galego de Estatística (IGE) clasifica según su grado de urbanización un total de 3.794 parroquias y nueve de cada diez encajan en el rango de poco pobladas.

Entre las áreas donde más se aglomera la población y aquellas en las que puede expandirse a sus anchas se sitúan las zonas intermedias. Sin embargo, las parroquias que cuentan con más habitantes son las que coinciden con el nombre de las grandes urbes: A Coruña con 213.934 vecinos, Vigo (199.641), Ourense (99.299; Lugo (89.782), Santiago de Compostela (79.511) y Pontevedra, (62.039).