El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo reclamó ayer para Galicia "justicia y un trato ecuánime" en materia de financiación autonómica y de infraestructuras como el AVE gallego. Para su tradicional discurso de Nochevieja, el jefe del Ejecutivo gallego se trasladó a Ourense, y con el Puente Romano a sus espaldas, hizo una llamada al diálogo y al consenso a las demás fuerzas políticas.

Puso el acento en que la "cohesión política" resulta "imprescindible" no solo para alcanzar los objetivos fijados para Galicia sino también para que la comunidad "tenga el peso necesario en decisiones que afectan al conjunto de España".

Y tras la controversia generada con los plazos del AVE, después de que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, advirtiese que no podría cumplirse el compromiso de culminar las obras en 2018, el presidente de la Xunta dejó claro que "Galicia no quiere más, pero tampoco menos". Con otros territorios presionando al Ministerio para agilizar los proyectos de alta velocidad comprometidos, Feijóo insiste en que la comunidad debe recibir un "trato justo y ecuánime".

Pero no solo con el AVE, también citó la financiación autonómica. Las negociaciones con Cataluña para evitar el desafío secesionista hacen temer al jefe del Ejecutivo gallego que se hagan concesiones a esta autonomía que acaben por perjudicar a Galicia. Y, por esta razón, advierte que la comunidad gallega "no aspira a ningún privilegio, pero tampoco los aprueba". "Abogamos por una nación equilibrada y solidaria que consagra la Constitución hecha y refrendada por todos".

Y en este cometido Feijóo implica no solo a la Xunta sino al resto de fuerzas políticas y a toda la sociedad. "Tienen el derecho y el deber de hacer valer eses principios en todos los foros y delante de todos los poderes públicos".

En su discurso, emitido por la TVG el día de Fin de Año, el presidente de la Xunta puso a la sociedad gallega como ejemplo de diálogo y de capacidad de llegar a acuerdos e instó a las fuerzas políticas a imitar este comportamiento.

"Los gallegos estamos logrando que la autonomía nos cohesione aún más, por encima de diferencias ideológicas, territoriales o generacionales. Construímos un país de afectos en el que las discrepancias siempre tienen un camino para llegar al acuerdo", apuntó. "Deseo que ese espíritu se traslade a la vida pública", reclamó.

En su opinión, esta voluntad de acuerdos y consensos es fundamental para que la recuperación económica "sea irreversible". E hizo balance de lo que fue el año 2016. Así, reconoció que los pasos que se dieron para combatir el paro todavía "no son tan rápidos" como debería y que el nivel salarial todavía no es el adecuado. Pero también recalcó que hubo avances. "Sin duda. Social y económicamente hoy estamos mejor de lo que estábamos hace un año", subrayó.

De cara al futuro el mandatario gallego destacó la necesidad de impulsar medidas para "potenciar los sectores tradicionales, impulsar a los más jóvenes y favorecer el resurgimiento del rural".

Y pidió el apoyo de la oposición en tres temas concretos. Por un lado, para hacer frente a la crisis demográfica. "Esa Galicia menguante exige una reacción política y social unánime", apeló. Y también abogó por "un frente común contra los verdugos" de la violencia machista, "donde no caben fronteras partidarias". Y añadió que la exclusión social es también "un enemigo común".

"En ese futuro necesitamos a todos", insistió. "Nadie es prescindible en la Galicia que nos une", continuó. Feijóo recordó que los gallegos dejaron plasmados sus deseos en las urnas el pasado mes de octubre en las elecciones autonómicas . "Los ciudadanos valoraron el pasado, pero sobre todo expresaron sus deseos de futuro", aseguró.

Y terminó su discurso con el deseo de que Galicia "siga el ejemplo que se da en la mayoría de las casas. Una Galicia que afronte los problemas y luche por sus sueños unida. Todos juntos".