Galicia cerraba 2015 con 92 muertos, la cifra más baja de fallecidos en carretera desde que en 1960 se tienen registros. Pero este descenso no se ha mantenido en el 2016 que acaba de concluir. Todo lo contrario. El balance de siniestralidad vial presentado ayer por la Dirección General de Tráfico (DGT) arroja que durante el pasado año perdieron la vida un total de 107 personas en los accidentes de tráfico registrados en las vías interurbanas gallegas, lo que se traduce en un incremento del 16% con respecto al ejercicio anterior. Hubo 15 muertos más que en 2015, lo que sitúa a la gallega como la segunda autonomía en la que en términos absolutos más crecieron las víctimas mortales, solo superada por la Comunidad Valenciana.

A Coruña es la provincia que más fallecidos registró con 40 casos, el 37% de los contabilizados en la comunidad gallega y un 11% más que los 36 del año pasado. En números absolutos, le sigue Lugo con 28 muertos en accidentes de tráfico -un 64% más en el último año- mientras que Pontevedra con uno menos se sitúa como la única provincia gallega en la que se redujo la siniestralidad, al registrar un 15% menos de fallecidos frente a los 32 de 2015. La provincia de Ourense, pese a que es la que cuenta con menos muertos en la carretera -una docena- es la que experimentó un mayor incremento respecto al año pasado con un repunte del 71% en el número de víctimas mortales en siniestros de tráfico.

"No son los datos que hubiésemos querido comunicar hoy, porque son muchas las vidas y familias rotas, así que más que nunca tenemos que trabajar todos juntos para reducir esta lacra que como sociedad moderna que somos no podemos permitirnos". Éstas eran algunas de las palabras pronunciadas por el director general de Tráfico, Gregorio Serrano, en la presentación del balance de seguridad vial.

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Aunque las cifras aún son provisionales, lo que evidencian es que 2016 ha puesto fin a doce años consecutivos de descenso de muertes al volante en España, al cerrarse el ejercicio con 1.160 fallecidos en los 1.038 accidentes mortales contabilizados en las vías interurbanas: son 29 víctimas más que en 2015, un repunte que la DGT quiere frenar con un plan urgente de medidas que dará a conocer en un mes.

De hecho, tras conocerse los datos, asociaciones de víctimas de Tráfico solicitaron al Gobierno central la creación de una Secretaria de Estado de Seguridad Vial. Lo hicieron ante el "dramático" aumento de muertos en las carreteras españolas, que supone el fin de la tendencia a la baja iniciada en 2004, aunque en los últimos años de forma cada vez menos pronunciada.

Además de los fallecidos, creció el número de heridos hospitalizados debido a siniestros. Fueron 5.067, lo que supone 209 más que los 4.858 del año anterior. Pese al cambio de tendencia, España sigue estando entre los países europeos con las tasas más bajas de fallecidos en accidente por cada millón de habitantes: 38 frente a los 52 de la media europea.

Galicia, tras Valencia, es la segunda comunidad en la que más creció el número de muertos. También hubo incrementos en Andalucía, Castilla-La Mancha, Baleares, Murcia, Asturias, La Rioja, Extremadura y Aragón. En el lado contrario, los fallecidos bajan en Cataluña, Castilla y León, Cantabria, Madrid, País Vasco, Navarra y Canarias. Por provincias, la de Lugo es una de las españolas donde más subieron los muertos de tráfico (hubo 11 más), mientras que Pontevedra se sitúa en el grupo de 21 provincias en las que descendieron los fallecidos.

Aunque no apuntó una causa como la principal en relación con esta siniestralidad, el director general de la Dirección General de Tráfico apuntó a la movilidad -aumentaron los desplazamientos de largo recorrido- y al envejecimiento del parque de automóviles -los turismos en los que viajaban los fallecidos tenían una edad media de más de 13 años-. E insistió en las distracciones al volante, muchas veces por el uso del teléfono móvil, y en los excesos de velocidad.