Aunque siempre se creyó que el eucalipto había llegado a Galicia procedente de Australia de la mano de Frai Rosendo Salvado en torno al año 1867 para atender el pedido de un comerciante de Vigo, un estudio del Centro de Investigación Forestal de Lourizán desmonta esta teoría y apunta que casi veinte años antes ya existía una plantación de esta especie en Santa Marta de Ortigueira (A Coruña). Y aunque el origen de las semillas que llegaron a Galicia es incierta, los investigadores apuntan como posibilidad que la simiente procediera del mismo lote que los utilizados en Portugal por el Barón de Massarelos.

Francisco Javier Silva Pindo, de Lourizán, y Rubén Pino Pérez, del departamento de Biología Vegetal y Ciencia del Suelo de la Universidad de Vigo rehicieron así la historia de la llegada del eucalipto a Galicia. La tesis extendida hasta ahora se extrae de los diarios de Frai Rosendo Salvado, fundador de la misión benedictina en Nova Porcia (Perth, Australia), y de su correspondencia con Galicia. El misionero envió semillas a varios terratenientes gallegos para plantaciones en Carril (Vilagarcía de Arousa) o en el Monasterio de Oia. En esa época, la madera de eucalipto alcanzó "una gran reputación" hasta el punto que hasta desde el Concello de Ponteareas solicitaron información sobre las simientes. Estas demandas se produjeron entre los años 1867 y 1868.

Sin embargo, los investigadores de Lourizán y la Universidad de Vigo hallaron referencias de una plantación preexistente. Ha sido clave en el hallazgo una carta del médico y naturalista Mariano de la Paz Graells de 1876 menciona un ejemplar de eucalipto plantado en Ortigueira con unas dimensiones de 40 metros de alto y 1,33 de circunferencia. Silva y Pino calculan que este árbol debería tener alrededor de 25 años, es decir, dataría de 1850. El origen de las semillas podría estar en Portugal, donde los primeros eucaliptos fueron plantados para producir madera al sur de Vila Nova da Gaia (norte de Portugal).