El pasado año fue un ejercicio récord para el turismo en Galicia. Más de 4,7 millones de viajeros -la cifra más alta de toda la historia- eligieron la comunidad como destino, un 7,6% más que el año anterior. Los turistas procedentes de otros puntos de España y de la propia comunidad gallega rozaron los 3,4 millones (un 9,1% más) y los extranjeros, 1,3 (+10%).

Este incremento de visitantes se tradujo en una subida de la facturación. El 95,8% de las empresas turísticas que ofertan sus servicios en la comunidad aumentaron sus ventas respecto a 2015, un año ya bueno en el que el 93% de ellas ya habían mejorado sus números con respecto al ejercicio anterior. Además, nueve de cada diez reconocieron que sus beneficios crecieron en 2016, según el informe de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) publicado esta semana.

Con estas cifras, la comunidad lideró tanto el aumento de las ventas como de los beneficios a nivel nacional. En el primer capítulo aparece empatada con Andalucía, mientras que en el segundo ocupa la primera posición en solitario. La segunda es Andalucía en la que el 95,7% de las empresas aseguraron que aumentaron sus beneficios durante 2016. Galicia supera en tres puntos la media nacional en los apartados de ventas y beneficios.

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Tras más de un lustro de travesía por el desierto, la mayor parte de los hoteles, agencias de viajes, compañías de transporte y de alquiler de coches y empresas que explotan actividades de ocio en Galicia consiguieron romper en 2014 la racha negativa de resultados que había arrancado en 2008 al conseguir un nivel de ventas superior al de un año antes.

Ese cambio de tendencia se produjo en 2014, la recuperación arrancó en 2015 y en 2016 se consolidó ya que nueve de cada diez empresas aseguraron que crecieron en ventas y beneficios con respecto al ejercicio anterior.

Por cuarto año consecutivo, el turismo volvió a ser uno de los motores clave de la economía española y de la creación de empleo, al registrar un repunte del 4,9%, hasta 125.000 millones, un 11,2% del PIB nacional, según el lobby turístico, que agrupa a una treintena de empresas turísticas españolas.

Este crecimiento se debió a un "insólito, excepcional y difícilmente repetible año 2016" en el que se produjo "una excepcional combinación de factores" que llevó al sector a alcanzar unos registros tanto en volumen como en crecimiento que no se habían visto en los últimos 15 años.

Durante el pasado ejercicio se conjugaron todos los factores que provocaron una "tormenta virtuosa" y que impulsó la actividad turística.

En primer lugar, los flujos de turistas que visitaron España por la inestabilidad de los destinos competidores del Mediterráneo Oriental. Exceltur calcula que estos flujos de demanda externa se han traducido, desde la Primavera Árabe en 2011, en unos 12 millones de turistas adicionales. Los mayores desplomes correspondieron a Turquía y Egipto, que perdieron hasta noviembre 15 millones de turistas (10,7 y 4,2 millones respectivamente).

Este reiterado trasvase explica un 49% de la demanda extranjera adicional acumulada en España desde 2011. También influyeron el precio del petróleo, los bajos tipos de interés y un aumento del turismo español, además del aumento de la inversión en renovación y los cambios de la oferta en ciertos destinos.