Una cría de ballena rorcual común de entre seis y siete metros de longitud varó en la playa de Bares (Mañón). El ejemplar, que pesa entre 2.000 y 3.000 kilos, pudo ser finalmente devuelto al mar, aunque con pocas expectativas de supervivencia.

Un equipo de la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos (Cemma) se desplazó para ayudar al animal a salir de la arena. El Cemma contactó con Protección Civil y la Consellería de Medioambiente para vigilar que la ballena no volviera a varar, ya que a esa edad todavía depende de su madre para alimentarse. Según explicó el responsable de la zona norte del Cemma, Juan Ignacio Díaz, es probable que ésta muriese, por lo que el periodo de lactancia se interrumpió. La última vez que vieron a la cría estaba viva y adentrándose en mar abierto.

Cemma agracedió en las redes sociales la rápida movilización ciudadana y la prontitud del aviso a la organización.