Las academias gallegas que preparan a los opositores para una plaza en alguna de las administraciones públicas salen de la crisis tras el incremento de las ofertas de oposiciones del último año. Y ven el futuro con optimismo porque "ya no hay una sensación de repunte sino de estabilidad". Comparecencias recientes como las del conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, en la que anunciaba que el objetivo de la Xunta era sacar a concurso, como mínimo, unas 3.000 plazas, animan a los opositores a acudir a las academias.

Estos centros de formación comenzaron a notar la crisis en 2011. "A partir de ese año comenzó a decaer", asegura Nair Castiñeira de La Academia, de A Coruña. La travesía por el desierto duró cuatro años y a finales de 2015, pero sobre todo en 2016, se notó el cambio.

"Ya estamos en un proceso de recuperación. Desde el año pasado se nota el repunte y eso se traduce en que hay un mayor número de personas que están más receptivas para preparar oposiciones", reconoce Ester Moscoso, responsable de Academia Postal, con centros en las siete grandes ciudades gallegas y Valladolid. Moscoso apunta que pese a que las distintas administraciones cerraron el grifo de las ofertas de empleo público "nunca ha dejado de haber oposiciones".

De la misma opinión es Roberto Rey, jefe de estudios de Premir, con presencia también en las siete grandes urbes de la comunidad. "Durante los años de la crisis hubo un recorte importante, había menos plazas pero había, aunque los centros que solo se dedicaban a preparar oposiciones a la administración general lo debieron pasar mal", reconoce.

Durante la crisis, sobre todo en 2012-2013, la reducción del negocio de las academias no llegó a la mitad, pero casi, confirman los responsables de esos tres centros. "La mitad no, pero se notó mucho", asegura Nair Castiñeira. Ahora, casi están ya en niveles anteriores a la crisis. Y lo que es más importante, como recuerda Roberto Rey, "ya no hay una sensación de repunte sino de estabilidad". "La oferta de empleo de 2015 fue muy buena en educación, en 2016 fue igual, y este año igual, porque será similar a la del pasado curso", apunta. "Estamos con un volumen de opositores prácticamente similar a antes de la crisis", confirma Castiñeira.

Para Ester Moscoso, el problema no es la oferta de empleo público -"ahora mismo hay muchas oposiciones, las administraciones vuelven a sacar plazas con cierta normalidad", apunta-, sino la capacidad económica de los que quieren preparar una oposición.

"Preparar una oposición requiere de una inversión de tiempo de la que, mucha gente, desgraciadamente, dispone ahora porque no tiene trabajo, pero hay muchas personas que no pueden hacerlo porque no tienen dinero para pagar las clases", reconoce. "Aún no hemos llegado a la situación de bonanza de antes de la crisis, pero no es porque haya poca oferta de plazas sino porque la gente que tiene la intención de preparar una oposición no puede permitírselo", insiste.

La pasada semana, la Xunta anunció que este año reforzará los servicios públicos con la convocatoria de una oferta de, al menos, 3.000 plazas en educación, sanidad y servicios sociales. Según destacó el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, el objetivo de esas 3.000 plazas es una previsión "prudente", ya que esta cifra podría aumentar si el Estado habilita a las comunidades para aumentar la tasa de reposición. "Este tipo de informaciones se notan en la afluencia a las academias. Se nota desde el primer momento que salen", confirma Ester Moscoso, quien destaca que con anterioridad y pese a que había ofertas de empleo público, aunque a menor ritmo, "los mensajes eran bastante pesimistas. "Algo sí se ha notado, pero tampoco es para estar todo el día con el teléfono ardiendo", ilustra Nair Castiñeira, de La Academia. "Las declaraciones de conselleiros y de ministros de que se van a intentar cubrir todas las vacantes animan a la gente a prepararse. Ahora estamos en un buen momento", confirma Roberto Rey, de Premir.