Una de las principales preocupaciones de la Xunta tras la aparición de la polilla guatemalteca de la patata que afecta a las plantaciones de una treintena de concellos gallegos es que la plaga no se extienda a las áreas productivas. La Consellería de Medio Rural insiste en la necesidad de que en las zonas donde se detectó la polilla se deje de plantar el tubérculo para que el insecto muera y no se propague. Aunque los concellos lucenses de O Valadouro, Foz, Barreiros, Ribadeo, Trabada, Lourenzá, Mondoñedo, Alfoz y Abadín forman parte de la Indicación Xeográfica (IXP) Pataca de Galicia y están marcadas en rojo por el Gobierno gallego como ayuntamientos infectados, desde la IXP aclaran que no hay agricultores de esas zonas amparados por este sello desde 2010. Y a pesar de que con las trampas colocadas por los técnicos de Medio Rural en plantaciones con esta marca no atraparon ninguna polilla, desde el órgano alertan de la importancia de aplicar medidas fitosanitarias en el transporte que se usan para comercializar las patatas.

Además de la prohibición de plantar en los ayuntamientos afectados y de la realización de controles exhaustivos en esas zonas, el presidente de la IXP Pataca de Galicia, Julio Gómez, -que ayer se reunió con la directora xeral de Agricultura, Belén do Campo-, reclama que se tomen todo tipo de precauciones en el proceso de comercialización, desde el transporte al almacén.

Las medidas implantadas por la Xunta ya en 2015, cuando se detectó la primera plaga en Ferrol, incluyen la desinfección de almacenes y de la maquinaria y las herramientas de manipulación con productos autorizados. Pero desde la IXP reclaman a los transportistas que desinfecten siempre los camiones porque este insecto puede aparecer en cualquier lugar, y sobre todo, cuando lleven patatas con este sello de calidad para vender en establecimientos de cualquiera de los municipios en los que el Gobierno decretará la cuarentena. Por eso, la organización dará charlas tanto a sus agricultores como almacenistas asociados para informarles de las medidas que deben adoptar para evitar que la plaga se extienda.

La Xunta ha impulsado medidas como la colocación de trampas para capturar a este lepidóptero, la aplicación métodos fitosanitarios, la destrucción de los lotes de patatas contaminados y la restricción a la salida de tubérculos de los ayuntamientos afectados. Según Gómez, con estas precauciones el problema "se va a solucionar" porque en dos años sin plantar "la polilla muere".

De todas formas, desde la IXP muestran su "preocupación" por si los agricultores de las zonas infectadas por la polilla guatemalteca no cumplen la norma y siguen plantando para autoconsumo. "Son medidas duras pero necesarias y las únicas que pueden salvar a los productores para los que la patata tiene importancia económica", reclama Julio Gómez. De este sector viven más de 200 productores de forma profesional -sobre todo en las comarcas de Bergantiños y A Limia- y producen 6.000 toneladas de tubérculo. Gómez alerta de que si el insecto llega a estas zonas se perderían 1,5 millones de euros por ejercicio.

En el encuentro, la directora xeral de Agricultura quiso trasladar "tranquilidad" a los agricultores de las principales áreas productoras porque todas las plantaciones contaminadas están en zonas de autoconsumo. Belén do Campo anunció que convocará a productores de Bergantiños y A Limia para avanzar en la coordinación para el control de esta plaga.