Más control sobre los productores, pero a partir de ahora también vigilancia a los comerciantes y mercados locales que vendan patata. Para tratar de frenar la expansión de polilla guatemalteca (tecia solanivora), que ya ha sido detectada en un total de 31 ayuntamientos gallegos del norte de A Coruña y Lugo, la Xunta ha endurecido las medidas puestas en marcha en 2015 tras la aparición del insecto en una plantación de Neda. La Consellería de Medio Rural ya no solo destruirá la producción de esta campaña en los municipios demarcados, como ya hizo durante los dos últimos años, sino que además obligará a los agricultores de las áreas afectadas -ninguno de las zonas productoras con denominación protegida de A Limia y Coristanco-, a comunicarle cuánta superficie plantaron para esta cosecha. Pero las nuevas medidas se extienden también a los puntos de venta, según la resolución publicada ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG). ¿El objetivo? Tener localizadas todas las plantaciones de patata y evitar el movimiento del tubérculo a zonas limpias de la plaga.

En el caso de los comerciantes o establecimientos donde se venda simiente, la Xunta les exigirá información sobre el origen de la producción para ponerla a disposición de los servicios oficiales de sanidad vegetal. Desde el nombre y la dirección del comprador, hasta la cantidad adquirida y la fecha de compra. Además, los operadores están obligados a informar de "manera automática" a la Administración cuando "detecten síntomas o sospechen" de la presencia de la plaga.

Los ayuntamientos también tendrán que ponerse manos a la obra para controlar la plaga, que supone un peligro para la producción pero no entraña riesgo alguno para la salud de los consumidores. En la resolución publicada ayer, la Xunta obliga a los concellos de los 31 municipios afectados por el insecto que refuercen la vigilancia de la procedencia de la patata que se ponga a la venta en los mercado locales, constatando tanto el origen del producto comercializado y, en el caso de ser detectada, impedir su circulación.

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Nada más conocer la resolución de la Xunta, concellos afectados por la plaga cuestionaron que sea la administración local la que tenga que supervisar la venta en los mercados. Desde Ribadeo, su alcalde, Fernando Suárez, apuntó que su ayuntamiento no se declarará "insumiso" en este control, pero lamentó que Medio Rural haya caer esta responsabilidad en los ayuntamientos. El regidor se preguntó cómo realizarán ese control en los mercados para constatar el origen de las patatas e impedir, llegado el caso, su circulación en aquellos ayuntamientos que carecen de Policía Local. Suárez dijo sentirse "sorprendido" por la actuación de la Xunta para tratar de frenar el avance de la polilla. "Está actuando tarde y en vez de ejecutar sus competencias se comporta como si estuviese jugando a la brisca, porque reparte las cartas pero sin participar en el juego", sentenció el alcalde de Ribadeo. Para los productores del tubérculo, Suárez reclamó "el mismo trato" que reciben los de aceite o naranjas, así como que las medidas sean "consensuadas" por la Xunta con los ayuntamientos donde se detectó el insecto. Algo, según dijo, que están haciendo el Principado, con siete municipios afectados.