La polilla guatemalteca (tecia solanivora) ha destruido la producción de patata de Canarias durante los últimos 15 años y para evitar que ocurra lo mismo en Galicia la Consellería de Medio Rural señala que no hay más opción que tomar medidas "drásticas". En este sentido, se refiere a la prohibición de plantar el tubérculo en los 31 ayuntamientos de las comarcas de Ferrol, Eume, Ortegal y A Mariña lucense donde se ha decretado la presencia de este insecto que ataca los cultivos de patatas y deja el producto inservible. Será el Ministerio de Agricultura el que determine en su decreto, a punto de publicarse, el que determine cómo atajar el problema pero desde la Xunta recomiendan a los concellos afectados que no se hagan plantaciones porque va a existir esa prohibición por norma. "Cuando uno aconseja que no se cultive patata porque se va a prohibir el gallego es lo suficientemente inteligente para saber que no debe plantar ya", afirmó ayer la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez.

Si se aplican de forma "correcta y decidida" las medidas necesarias -afirma- la plaga de la patata puede estar erradicada en un año en la comunidad gallega. Pero si, por el contrario, no se toman decisiones "drásticas" como se está haciendo, el resultado sería el mismo que en Canarias, donde toda la producción lleva años "infestada" y solo se recoge el 20% de lo que se planta.

Pese a las críticas de algunos sindicatos y de alcaldes como el de San Sadurniño que consideran que las medidas de la Xunta son "improvisadas" y "llegan tarde", la conselleira destaca que Medio Rural fue "lo más transparente posible" a la hora de afrontar la plaga de la polilla guatemalteca. Vázquez explicó que el 99,9% del tubérculo producido en los 13 municipios coruñeses y los 18 lucenses afectados por este insecto es para autoconsumo, por lo que entiende que la cuarentena no supondrá "un varapalo" para estas zonas. Pero apela a la solidaridad "por el bien de Galicia y del producto gallego", ya que la patata es el motor económico de las comarcas de Bergantiños y A Limia. La comunidad gallega es, de hecho, la segunda con más producción de tubérculos, con 460.000 toneladas anuales, el 20% de los 2,2 millones de toda España.

Una de las principales preocupaciones de la Xunta tras la aparición de la polilla guatemalteca de la patata es precisamente que la plaga no se extienda a las principales áreas productivas. El Gobierno ha impulsado desde 2015, cuando apareció la primera plaga en Ferrol, medidas como la colocación de trampas para capturar a este lepidóptero, la aplicación métodos fitosanitarios, la destrucción de los lotes de patatas contaminados y la restricción a la salida de tubérculos de los ayuntamientos afectados. También se recomienda la desinfección de almacenes y de la maquinaria y las herramientas de manipulación con productos autorizados.

El Ejecutivo autonómico aprobó la semana pasada nuevas medidas para reforzar la vigilancia no solo entre los productores, sino también en comercios y mercados locales que vendan patatas. A los establecimientos que vendan simiente, la Xunta les exigirá información sobre el origen de la producción -el nombre y la dirección del comprador, la cantidad adquirida y la fecha de compra- para ponerla a disposición de los servicios oficiales de sanidad vegetal,

Por otra parte, en los 31 ayuntamientos afectados por la polilla guatemalteca, la Administración local deberá controlar la procedencia de la patata que se ponga a la venta en los mercados locales, constatando tanto el origen del producto comercializado y, en el caso de ser detectada, impedir su circulación.