Una vez que la Xunta delimitó los 31 concellos infectados por la polilla guatemalteca de la patata (Tecia solanivora), el objetivo era que el insecto no pasase de estas plantaciones destinadas a autoconsumo a áreas profesionales como las comarcas de Bergantiños o A Limia. Además de las medidas para aplicar en el campo -la destrucción de los lotes de patatas contaminados, la prohibición de plantar y de sacar tubérculos de los ayuntamientos afectados, la colocación de trampas para capturar a este lepidóptero y la aplicación métodos fitosanitarios- la Consellería de Medio Rural también incluye pautas a seguir por transportistas y almacenistas que eviten la propagación de la plaga.

En este sentido, el departamento autonómico anuncia que la Guardia Civil y la policía autonómica vigilarán el transporte de turbérculo "para que no haya trasvase de zonas infectadas al resto". Según la conselleira Ángeles Vázquez, los agentes también controlarán que la patata que vaya en los camiones esté correctamente identificada y etiquetada, cuente con su registro sanitario y no viaje producto a granel. El objetivo es evitar que el tubérculo o simiente contaminados lleguen a zonas en las que no se detectó la presencia del insecto.

El Ejecutivo autonómico aprobó hace dos semanas nuevas medidas para reforzar la vigilancia no solo entre los productores, sino también en comercios y mercados locales que vendan patatas. Al igual que en el transporte, también en las ferias se prohibirá la venta a granel y de producto sin identificar y serán los ayuntamientos los encargados de impedir la circulación de tubérculo cuya procedencia no esté garantizada. A los establecimientos que comercialicen simiente, la Xunta les exigirá información sobre el origen de la producción -el nombre y la dirección del comprador, la cantidad y la fecha de compra- para ponerla a disposición de los servicios oficiales de sanidad vegetal.

La directora xeral de Agricultura, Belén do Campo, se reunió ayer con el alcalde, productores y almacenistas de la localidad ourensana de Sandiás, la de mayor producción en A Limia. Los asistentes a la reunión de trabajo coincidieron en lanzar un mensaje de tranquilidad a los consumidores y les animaron a mantener el consumo de patata porque su calidad está garantizada y la plaga de la polilla -aclaran- no se trata de un problema para la salud pública. No hay ningún riesgo para la salud de las personas. El problema es que la polilla arrasa por completo con el tubérculo y lo convierte en inservible para el consumo.

Medio Rural continuará con las reuniones informativas y esta semana habrá encuentros entre técnicos de la Consellería y almacenistas de Ferrolterra y A Mariña lucense. Además de los productores y transportistas, los almacenes son el tercer grupo que también debe cumplir normas fitosanitarias como la desinfección de las instalaciones para matar al insecto si llega en lotes de alguna zona infectada. El departamento autonómico remitirá a este colectivo una circular con las normas de prevención que deben respetar. Y el jueves de la próxima semana se celebrará otro encuentro en Sandiás con expertos de la Xunta y agricultores y comercializadores del producto en la zona.