Xavier Vence, portavoz nacional del BNG entre 2013 y 2016, abandona el partido, que pierde otro de sus referentes a dos semanas de afrontar una asamblea nacional en la que pretende afrontar una refundación para recuperar apoyos tras caer a los seis escaños en las elecciones autonómicas del pasado mes de septiembre, una derrota que lo mantiene como cuarta fuerza, pero que mejoró las expectativas de perder incluso el grupo parlamentario.

El catedrático de Economía Aplicada en la Universidade de Santiago, que ejerció de capitán del barco nacionalista en los momentos de mayor zozobra, envió una carta a la organización el lunes en la que anunciaba su intención de darse de baja como militante, extremo confirmado ayer por el propio Vence a este diario, si bien eludió realizar más declaraciones al respecto y se mostró molesto con las "filtraciones" sobre su decisión.

El motivo de la ruptura de su carné, según las fuentes consultadas, estriba en la divergencia con el rumbo trazado por el Bloque el año pasado, cuando Ana Pontón lo relevó como portavoz nacional y encargada de plasmar un ideario mayoritario en las filas nacionalistas para defender un proyecto autónomo, rechazando una alianza con En Marea.

Precisamente un mayor aperturismo y cercanía a ese nuevo espacio político era la alternativa que Vence defendió para encarar el futuro y revitalizar al BNG, abriendo la puerta incluso a enterrar sus siglas y apostar por una nueva organización, como dejó claro antes de la asamblea frentista de febrero del año pasado. La tesis victoriosa, sin embargo, resultó la impulsada por la Unión do Povo Galego (UPG), con Pontón de nueva figura principal. Ahora, Vence rompe amarras con el Bloque.

El economista fue fichado en marzo de 2013 en sustitución de Guillerme Vázquez con la intención de afrontar un periplo traumático tras el cisma de un año antes. Durante su periodo al frente del Bloque, este perdió espacio en los concellos desapareciendo incluso en Vigo y se quedó sin presencia en las Cortes por primera vez en 20 años. Ya con Pontón, volvió a repetir resultado en las generales del año pasado y en las autonómicas perdió un diputado.

Su adiós no puede desligarse de la asamblea de Amio, el punto de ruptura de la hasta entonces "casa común del nacionalismo". Tal impacto tuvo aquella cita que de los cuatro portavoces nacionales de la formación previos a Ana Pontón, solo Vázquez milita todavía en el Bloque. Vence se une a Xosé Manuel Beiras y a Anxo Quintana.

En 2012 se enfrentaron dos visiones del Bloque. Por un lado, la victoriosa de la UPG, el partido hegemónico en el seno del Bloque. Del otro, la derrotada de Beiras y Carlos Aymerich, portavoz parlamentario, que defendían un nuevo rumbo abierto a alianzas con fuerzas estatales. Dos semanas después de la cita, Beiras y sus irmandiños con Martiño Noriega entre ellos, rompían con el BNG, quedándose sus actas de cargos municipales y evidenciando una grieta que, lejos de cerrarse, sigue abierta, como muestra la renuncia de Vence.

El adiós del exportavoz nacional supone un golpe simbólico para el BNG, que los días 25 y 26 celebra en A Coruña su nueva asamblea, en la que Pontón ha dejado clara la apuesta: tienen un proyecto propio que no comparte espacio con En Marea.

Ese rumbo es el que no comparte Vence, como tampoco lo compartieron no solo Beiras, Noriega o Aymerich, que el año pasado también dejó la militancia, sino otros históricos como Suso Vega o el propio Anxo Quintana, el que fuera vicepresidente de la Xunta bipartita, quien alegó que "ni en la forma, ni en el fondo, ni en la táctica, ni en los objetivos estratégicos, el proyecto político del Bloque de hoy". Su intento de impulsar una plataforma nacionalista para reconciliar a sus dos grandes familias fracasó.

Sin embargo, la sangría del Bloque no se queda ahí, pues decenas de cargos locales también rompieron amarras y apostaron por la Anova de Beiras o las mareas, caso del alcalde de Salceda, Marcos Besada, o incluso Compromiso, como el exsenador Xosé Manuel Pérez Bouza.