Sanciones más duras y penas ajustadas al perfil del infractor. Para la responsable de la DGT en Galicia, Victoria Gómez Dobarro, las distracciones al volante y el consumo alcohol y drogas son las principales infracciones, junto con el exceso de velocidad, que deben castigarse más para reducir la accidentalidad y conseguir el objetivo "cero víctimas".

-Han pasado ya diez años del carné por puntos. ¿Toca ya su revisión?

-El permiso por puntos fue un hito. El miedo guarda la viña, pero hizo posible un cambio muy grande en la sociedad en cuanto a forma de comportarse. Ha habido una concienciación que probablemente sin el permiso por puntos no se habría logrado. ¿Qué ocurre? Que son ya diez años. La sociedad va avanzando y hay cosas que hay que revisar, retocar y darle una vuelta. Estudiando nuestra accidentalidad hay que ver qué es especialmente grave y qué nos sigue dando problemas. Eso nos permitirá determinar los comportamientos hay que castigar más, como las distracciones, o incluso darles otro tipo de sanción, no necesariamente económica o de detracción de puntos.

-Habla de castigar más o aplicar otro tipo de sanción. ¿Hacia dónde va la reforma?

-Eso lo gestionan directamente desde los servicios centrales.

-¿Se centrará la revisión en la distracciones y el consumo de alcohol y drogas debido a su alta incidencia en la accidentalidad?

-Alcohol y drogas nos preocupa porque tiene un peso importante en la accidentalidad. En vía administrativa, vemos que hay personas que pierden el permiso por sanciones de alcohol; lo recuperan y vuelven a perderlo por lo mismo. A esas personas les resulta indiferente la multa y no están concienciadas de que el alcohol es un impedimento para conducir. Para los casos que no responden al incumplimiento de la norma, sino que derivan de un problema de salud, la sanción parece que no es útil. Se está mirando qué se hace en otros países, donde se impone una terapia o pasar unos cursos específicos para disociar la conducción del consumo.

-¿Se reformará también el reglamento de Circulación?

-Es una asignatura pendiente de la legislatura pasada. Hacía falta darle otro empuje porque nuestra legislación es motorizada: evoluciona la tecnología y la sociedad. Todo el mundo hablaba en su momento del 130 km/h en autovías y autopistas, pero es más importante bajar del 100 al 90 en carreteras convencionales. No es lo mismo estar en una carretera con doble sentido limitada a 100 que en una autopista o autovía a 120 con nivel de calidad, dos carriles en cada sentido, sistemas de contención. No hay un equilibrio. Muchas veces no se sabe a qué velocidad hay que circular.

-En las convencionales, los conductores ya no saben a qué velocidad deben circular con tanta variación. ¿Se deben homogeneizar para así hacer los límites creíbles y por tanto respetados?

-Debemos ser más homogéneos. De la misma manera que en autopista y autovía tenemos 120 y un 100, y lo entendemos porque es un trazado complicado; en las carreteras convencionales, jugando con tres velocidades -50, 70 y 90- y luego normas en vez de prohibición de recomendación, se podría llegar a ese equilibrio y se lograría una mayor claridad para el conductor.

-¿Qué es más efectivo: la multa o la retirada de puntos?

-El espectro es muy distinto. Para el conductor que tenga una economía saneada, la sanción no le supone tanto agravio. La retirada de puntos, en la medida que es igual para todos, suele tener una trascendencia especial.

-Las distracciones son ya la principal causa de la accidentalidad mortal en Galicia. ¿Se abusa del móvil en la comunidad gallega más que en otras autonomías por el hecho de tener que coger el coche casi a diario por nuestra dispersión territorial y en trayectos conocidos que hacen aumentar la confianza al volante?

-A nivel social, Galicia no es distinta en el uso del móvil u otras distracciones en carretera. Y ya no solo en el vehículo, por la calle cuántos tropiezos con farolas o viandantes se producen por ir atentos a una pantalla. Incluso ha habido accidentes de personas que se caen a un río o a un muelle por ir con el móvil.

-¿Qué medidas se proponen para acabar con el uso del móvil al volante?

-El problema del uso del móvil ya no es solo el contacto visual que implica, sino el problema mental que te puede generar el recibir ese mensaje porque te puede distraer. Hay que trabajar mucho la concienciación, conseguir que la sociedad rechace esa distracción en la conducción. Aún queda camino por recorrer.

- ¿La velocidad es un problema ya superado en las carreteras gallegas o aún son muchos los conductores que se saltan los límites?

-Se había logrado contener los excesos de velocidad, pero se está volviendo a correr. La mayoría de las denuncias se producen en el primer tramo, en los 20 kilómetros por encima de la limitación. En otros tramos, es anecdótico. El temerario es residual. En Galicia, la conducción temeraria tiene una incidencia en la accidentalidad mortal del 1%. En las carreteras convencionales de la comunidad el año pasado se produjeron un 89% de los fallecidos frente a 75% a nivel nacional. Pero pensemos que la red viaria gallega es compleja. Es diabólica pero tiene un kilometraje muy elevado. La movilidad y dispersión de Galicia es muy elevada, por esto tenemos un peso de la accidentalidad mortal en las convencionales mayor.

-En 2016 disminuyó el número de denuncias por velocidad en Galicia, ¿a qué lo atribuye?

-Se da mucha información cuando hay controles de velocidad. La presencia de la Guardia Civil en carretera es fundamental porque nos obliga a corregir comportamientos: comprobar si se lleva el cinturón, velocidad a la que se circula? Nos obliga a hacer una revisión automática del cumplimiento de las normas.

-¿En qué medida influye el estado de las vías en la accidentalidad, que han sufrido también los efectos de la crisis con recortes en las inversiones?

-El peso del estado de la vía es casi nulo. Generalmente son comportamientos en los que el factor humano lleva las riendas: una velocidad excesiva, exagerada o inadecuada, consumo de una sustancia?. La vía no es, ni de lejos, la que tenga una participación protagonista en un siniestro

-¿De los 60 nuevos radares previstos por la DGT, cuántos se instalarán en Galicia?

-Como mínimo uno por provincia. Serán radares movibles, fácilmente desplazables de una carretera a otra. De tramo, tenemos uno pendiente en la A-8, sentido Galicia en el tramo de O Fiouco. Se trata de proteger la zona afectada por la niebla porque se circula a una velocidad excesiva. Antes del verano estará operativo. Sobre los otros, estamos viendo con la Guardia Civil las posibles ubicaciones en cada provincia. Nos llevará más tiempo.

-¿Qué retos se fijan para este año, tras un 2016 que se cerró con más accidentes mortales?

-El reto siempre es cero. Pero la mayor satisfacción es que la accidentalidad se reduzca y la gravedad de la siniestralidad también. Es importante colaborar con todas las administraciones. La DGT tiene un papel fundamental pero el tráfico es cosa de todos. Entre todos tenemos que hacer cumplirlas.