A raíz de los atentados yihadistas de 2015, Interior reforzó el control en las mezquitas distribuidas en todo el país (22 en Galicia) y urgió a las direcciones de las cárceles del país informes diarios sobre el comportamientos de los presos yihadistas. En la actualidad, una quincena de reclusos islamistas cumplen condena en los penales gallegos de Teixeiro (A Coruña) y A Lama (Pontevedra), dos de los centros penitenciarios del país con más internos yihadistas.

Desde el macrojuicio por los atentados del 11-M, celebrado el verano de 2007, una veintena de condenados por su relación con la masacre en Madrid han pasado por las cárceles gallegas. El movimiento de estos reclusos por las prisiones de todo el territorio es continuo. ¿El objetivo? Evitar que establezcan vínculos con otros internos. Instituciones Penitenciarios no suele dejarles más de seis meses en un mismo centro.

En la actualidad, sigue en Teixeiro Jamal Zougam, el primer sospechoso detenido por los atentados del 11-M, el 13 de marzo de 2004. A él condujo la mochila bomba encontrada en la comisaría de Vallecas. También en Teixeiro cumple condena Abdelmajid Bouchar, el único terrorista superviviente del piso de Leganés.