El naufragio de ayer en Combarro es especialmente trágico por los lazos familiares que unían a los tripulantes del barco. A bordo del Nuevo Marcos estaban enrolados dos padres y dos hijos, aunque solo estos sobrevivieron.

Adrián Ligero fue encontrado sobre una batea con síntomas de hipotermia y en estado de shock tras intentar rescatar a su padre, mientras que Carlos Carballa logró cubrir a nado los 800 metros que separan el lugar en el que se hundió el pesquero y la playa de A Canteira, en Combarro. Tardó casi hora y media en realizar este trayecto debido al viento del norte y al frío. En tierra, logró avisar de lo sucedido y recibió asistencia en una casa ubicada al lado del muelle, donde le ofrecieron algo caliente y unas mantas para entrar en calor.

Carballa regresó después a la casa familiar, en donde ayer prefirió eludir a los medios mientras intentaba superar esta tragedia arropado por amigos y familia. "Está muy afectado", explican, y añaden que se trata de un veinteañero normal. "Mantiene una vida sana y en ocasiones vamos a la playa a jugar al voley", indicaron sobre el esfuerzo que hizo para llevar a cabo su hazaña.