Tres marineros fallecieron y dos resultaron ilesos tras la colisión del barco Nuevo Marcos contra una batea ayer de madrugada cuando le faltaban apenas 800 metros para llegar al muelle de Combarro, tras lo que se hundió. Las víctimas son el patrón de la embarcación, Francisco Castiñeira Sabarís, de 37 años; y los tripulantes Jesús Ligero Abilleira y Florentino Carballa Viñas, de 56, todos vecinos del municipio de Poio. Los dos supervivientes son los hijos de estos dos últimos, Carlos Carballa Rosales y Adrián Ligero.

Las causas del siniestro todavía se investigan pero el sector apunta a un "despiste". El error humano, sumado a la oscuridad de la noche, parece estar detrás del siniestro al no ver el patrón de la embarcación la batea con la que colisionó. El mar, aunque algo picado por el viento del norte, no presentaba graves problemas de navegabilidad.

El accidente se produjo minutos después de las cuatro de la madrugada, hora a la que el Nuevo Marcos partió del puerto de Marín hacia el de Combarro tras descargar sus capturas y hacer una parada para tomar un café y entrar en calor. El buque, de 11,70 metros de eslora y un motor de 380 caballos, se dedicaba a la pesca del cerco.

Según el responsable de Protección Civil de Poio, Manuel Vicente, -de acuerdo con lo manifestado por uno de los supervivientes-, los tripulantes notaron un golpe muy fuerte y comprobaron que el pesquero "hacía agua". "Le metieron máquina para tratar de llegar hasta tierra pero el barco aproó y se dio la vuelta", explicó. "Intentaron traer el buque hacia una playa", indicó el patrón mayor de Portonovo, José Antonio Gómez, una maniobra con la que "se equivocaron".

El Nuevo Marcos se hundió tan rápido que los náufragos apenas tuvieron tiempo para hacerse con un aro salvavidas y echarse al mar. Los supervivientes aseguraron que todos lograron saltar al agua. Carlos Carballa, de 23 años, fue capaz de nadar en muy malas condiciones -por el viento y el frío- los más de 800 metros que separan el lugar del naufragio de la costa de Combarro para alertar de lo sucedido.

La investigación deberá resolver por qué el aviso del naufragio no llegó antes a los servicios de emergencia. Según fuentes de la Consellería do Mar, el Nuevo Marcos no está obligado a disponer de un sistema de radiobaliza, que emite una alerta automática tras un accidente, porque no supera los 12 metros de eslora. No obstante, fuentes del sector indican que el Nuevo Marcos sí disponía de una. El patrón mayor de Portonovo baraja que la escasa profundidad a la que quedó sumergido, apenas unos dos metros, provocase que la baliza no se disparase.

El dispositivo de búsqueda se desplegó sobre las 05.30 horas e incluyó numerosos barcos pesqueros. El Churus localizó sobre una batea al otro superviviente, Adrián Ligero, al que rescató, y flotando en el mar el cadáver de Florentino Carballa. Poco más tarde de las 06.00 horas, el helicóptero Pesca I rescataba también del agua el cuerpo sin vida de Jesús Ligero Abilleira.

Un barco con base en Portonovo chocó sobre las 10.00 horas con su quilla contra los restos del buque, hundido cerca del lugar de la colisión. Una primera inmersión de los buzos de las cofradías descartó que hubiera algún cadáver en el interior. Los GEAS de la Guardia Civil realizaron una inspección más detallada y localizaron, sobre las 12.20 horas, el cuerpo del patrón del barco, Francisco Castiñeira, que fue trasladado al muelle de Combarro.