En 2011, aunque con efectos ya para las comprobaciones pendientes del año anterior, la Xunta puso en marcha un nuevo sistema para valorar los bienes que se declaran en sus principales impuestos. Son el de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que se aplica, entre otras operaciones, a la compraventa de pisos usados; y el de Sucesiones y Donaciones, que grava las herencias. A partir de estudios de mercado, la Consellería de Facenda estimó unos precios medios para las viviendas que provocaron una enorme polémica entre los expertos fiscales por disparar las tasaciones en pleno pinchazo de la burbuja del ladrillo. Desde entonces, las reclamaciones y denuncias judiciales han ido en aumento y el 80% acaba con un fallo a favor del ciudadano por falta de motivación en las revisiones de la administración. Tras las bajadas que la Xunta aplicó para adaptarse a la realidad del sector y, de paso, amortiguar la polémica, la "recuperación" del mercado inmobiliario "hace aconsejable", sostiene el departamento que dirige Valeriano Martínez, actualizar los valores. Subirán "una media" del 2,9%, aunque los precios seguirán, también según Facenda, "un 46%" por debajo de los que estaban vigentes hace cinco años.

Cuando entró en vigor el sistema, el precio de la vivienda en Galicia acumulaba una caída ya del 3,2%, a la que luego siguió, entre 2011 y 2014, otro desplome superior al 30%. En el caso de los inmuebles de segunda mano, que son los que pagan el ITP en una venta, el descenso llegó incluso al 41%.

"El análisis de los datos de mercado en Galicia durante el ejercicio 2016 y principios de 2017 empezó a presentar una tendencia, aunque ligera, pero inequívoca a la recuperación de los precios inmobiliarios", justifica la resolución publicada ayer en el Diario Oficial de Galicia para renovar los valores de comprobación a partir del próximo lunes. Facenda achaca la subida a "informes técnicos y la información de sociedades de tasación" y defiende que "va en línea de lo que han mostrado organismos estadísticos como el INE", que indica que la vivienda en Galicia se encareció un 3,3% entre 2015 y 2016. Sin embargo, en los pisos de segunda mano -los sujetos al ITP- el alza fue de únicamente el 2%.

Ante la cascada de sentencias en su contra, la Xunta decidió a partir de julio de 2015 usar como baremo para los inmuebles urbanos los valores del Catastro. "Permite una mayor singularización, tal y como viene demandando la doctrina jurisprudencial", admitía en aquel momento. En función del año en el que se fijaron, a los valores catastrales se les aplica un coeficiente -como ocurre con el cobro del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI)- para acercarlo a la cotización actual. Ahí está el principal ascenso de Facenda para sus comprobaciones.

El coeficiente sube en 114 concellos y alcanza máximos en Cambados, donde el valor catastral se multiplicará por 2,9, O Grove (2,9), Soutomaior (3), Mos (3,1), Baiona (3,3) y Vigo (3,3). "Hay que tener en cuenta que la base del coeficiente es el año de ponencia de cada concello, porque obviamente no puede recibir el mismo tratamiento un concello con una ponencia catastral de finales de los 80 que uno con una ponencia reciente", argumenta Facenda.

Para los bienes a los que, por sus características especiales, no se les puede aplicar el valor catastral, la administración autonómica emplea otro baremo. La tasación sale de la suma de varios criterios, incluido los gastos y beneficios de la promoción a la que pertenezca el inmueble, que se denomina "coeficiente de mercado". "Lo que se hace es aplicar una actualización similar a la de los valores catastrales", señala Facenda. Afecta a más concellos. A un total de 121, en los que el multiplicador pasa de 1,2 a 1,3; excepto en la localidad coruñesa de Curtis, que salta del 1,1 al 1,2. Están las principales ciudades de la comunidad, "áreas de influencia, conurbaciones o áreas metropolitanas de los cascos urbanos de las ciudades"; los cascos urbanos también de las comarcas costeras "con peso importante del turismo de temporada; y capitales de comarca del interior, menos las zonas de montaña de Lugo y Ourense.

Para el cálculo de los bienes singulares se incrementa también la parte correspondiente al precio del suelo, pero la Xunta matiza que la subida se compensa con la corrección por antigüedad, otro coeficiente que hace que el inmueble "vaya perdiendo valor con el paso del tiempo"; y porque la variable dedicada a la construcción "se mantiene sin variación desde 2011".

La consellería recuerda que, a pesar de que el tributo de Sucesiones es uno de los que sufrirá la subida, los contribuyentes con una herencia de menos de 400.000 euros están exentos. Lo que sucederá es que algunos ciudadanos se quedarán fuera del límite por el incremento del valor de los bienes.