Armadores gallegos y científicos presentaron ayer productos elaborados a partir de descartes de seis especies que prevén comercializar. El proyecto Valdescar, liderado por la Asociación de Armadores de Marín y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) buscó rentabilizar las especies en forma de elaborados, para lo que desarrolló pruebas de mecanizado en las que descubrieron que el pescado tiene hasta casi un 80% más de rendimiento si se procesa eviscerado y descabezado en las máquinas que extraen el mince -su músculo-. Así obtienen más cantidad de este elemento, que una vez lavado, escurrido y picado, da lugar a hamburguesas, nuggets o varitas sobre los se realizaron estudios y catas que pusieron de manifiesto su "viabilidad" y posibilidad de comercialización.

La paulatina implantación de la normativa de descartes -que obliga a llevar a puerto todas las capturas- que recoge la Política Pesquera Común (PPC) deja al sector sin saber qué hacer con las especies que hasta la fecha sí podían tirar por la borda. El proyecto Valdescar investigó seis especies de las que extraer músculo de pescado con destino a la industria de elaborados entre las que destacan la bacaladilla y el jurel, de las que el año pasado se descartaron un 30% en el sector arrastrero de la asociación.

Los líderes del proyecto lograron extraer el llamado mince de estas dos especies y también de escarapota, rubio, faneca y caballa. Además, tienen el visto bueno de cinco empresas transformadoras (las gallegas Cabomar, Marfrío, Clavo y Congalsa y la manchega Cabezuelo), por lo que los armadores esperan que llegue "más pronto que tarde" al consumidor, según el gerente de los armadores, Juan Martín Fragueiro.

Fragueiro explicó durante la presentación que tuvo lugar ayer en el Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) en Vigo que la bacaladilla es un objetivo principal debido a su situación de "buena salud biológica" y a la importante cuota que cada año tiene España para esta especie, situada en torno a las 32.000 toneladas que nunca se llegan a consumir. "Queremos ofrecer un incentivo a los armadores para pescarla y lograr un mayor aprovechamiento", indicó el gerente de los armadores.

Valdescar obtuvo los resultados sobre los descartes que tuvieron el año pasado a través de un estudio realizado con ocho arrastreros de litoral de la asociación. En total, tiraron por la borda 428.243 kilos de pescado que no tenía el tamaño suficiente o estaba dañado, lo que deja una visión clara de las especies que más se descartan en la actualidad en este tipo de arte. Así el jurel lidera la lista con un 15,3%, seguido de la bacaladilla (14,8%), la caballa (11,71%), el patelo (11,26%) y el ochavo (11%). De especies de gran interés comercial como la el gallo o la merluza los porcentajes son menores: 6,69% y 4,27%, respectivamente.

El proyecto, que surgió en 2015, se centró en las especies estudiadas al atender al interés de los armadores, las propiedades nutricionales, las características físico-químicas y organolépticas, la masa crítica -potencial para ofertar a la industria- y la estabilidad en el aprovisionamiento de esas capturas.

Miembros de la industria y armadores participaron después del acto en una cata en la que pusieron nota a los elaborados.