Esquerda Unida celebró ayer su XII Asamblea Nacional, en la que renovó una dirección que ahora pasará a encabezar la diputada autonómica por En Marea Eva Solla y que tiene por principal objetivo reforzar los procesos de confluencia en los que el partido está inmerso.

En el cónclave participó el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, que destacó el "proceso de renovación" y de "adaptación a los tiempos actuales" que su organización está viviendo. Para conseguir "un país más justo", ve necesario "contar con aliados", pero ha añadido que "sin Izquierda Unida este cambio no va a ser posible".

Por su parte, la nueva líder de EU dijo asumir el reto con "alegría" y con la "fuerza de ver la unidad de dentro de la organización". Sobre los procesos de confluencia, apostó por ensancharlos y sumar la mayor cantidad de actores que sea posible.

El mismo mensaje lanzó la coordinadora de Esquerda Unida desde 2005 hasta ayer, Yolanda Díaz, que manifestó que la ciudadanía quiere "colectivamente" a las fuerzas del cambio y que estas no deben apostar por "fórmulas excluyentes", sino por modelos en los que la pluralidad esté presente.