Galicia fue la primera comunidad que sentó en el banquillo a los responsables de un psicotécnico por fraude en la emisión de certificados de conducir. Cinco años después de una condena pionera a un centro de reconocimiento de conductores, las pesquisas iniciadas el año pasado por el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico en la comunidad ante las sospechas de falta de diligencia y rigor en los chequeos ha dado los primeros frutos.

Los casos de seis psicotécnicos -cinco de la provincia de Pontevedra y uno de Lugo- ya han sido derivados por la Fiscalía de Seguridad Vial a los juzgados para que abran las diligencias oportunas por un delito de falsedad en documento oficial. "Se han emitido certificados médicos que no se corresponden con la realidad", detalla el fiscal de Seguridad Vial en Galicia, Carlos Gil. Los expedientes que afectan a centros de la provincia de Lugo fueron trasladado hace unas semanas a los órganos judiciales para que continúen la investigación y los de Pontevedra, el mes de abril.

En las provincias de A Coruña y Ourense, todavía no se ha cerrado la investigación policial, aunque ya se encuentran en la recta final y en fechas próximas esperan determinar cuántos casos serán remitidos a Fiscalía y cuántos a las Jefaturas Provinciales para que estudien si, pese a no apreciarse la comisión de un delito, cabe una infracción administrativa.

"En la mayoría no se ha apreciado gravedad para proceder por la vía penal, pero para tratar de determinar si hay alguna irregularidad en la vía administrativa se remiten a las Jefaturas", explica el fiscal delegado de Seguridad Vial en Galicia.

Los casos derivados a Tráfico para que proceda a la sanción administrativa correspondiente se refieren a "infracciones de funcionamiento" que han detectado los agentes durante el proceso de investigación, según apunta el jefe de la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia, el teniente coronel Francisco Javier Molano. En la vía administrativa se encuentran más de 50 psicotécnicos, bien por indicios de falta de diligencia y rigor a la hora de hacer las pruebas médicas o por falta de facultativos.

El punto de partida de esta investigación policial fue el creciente número de conductores interceptados en sentido contrario en autopistas o autovías de la comunidad, que en los exámenes del Sergas a los eran remitidos evidenciaban una merma de las capacidades psicofísicas. Aunque la mayoría son personas de avanzada edad, también hay usuarios de menos de 50 años que debido a sus condiciones de salud ponen en riesgo su propia seguridad y la de los demás usuarios. Ante esta situación, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil reforzó los controles de vigilancia e incrementó los requerimientos a chequeos médicos extraordinarios para determinar las aptitudes de los conductores.

Esta mayor vigilancia en las carreteras gallegas se ha traducido en un aumento de los conductores requeridos a un examen del Sergas. El año pasado, la Guardia Civil ordenó el chequeo extraordinario a un total de 226 automovilistas, lo que supone más del doble que los 103 requeridos el ejercicio anterior.

Chequeo extraordinario

Una vez elevada la propuesta de revisión, el Sergas determina en sus pruebas si finalmente el conductor requerido es "apto" o "no apto", y según el resultado, podrá derivar en la apertura de diligencias al psicotécnico que expidió el certificado por posibles irregularidades.

A la mayoría les es revocado el permiso de conducir, bien porque ya ni se presentan en el centro médico o que en ese chequeo el equipo sanitario resuelve que no es apto para seguir al volante. Al resto se le imponen restricciones como no conducir de noche, circular a unos kilómetros del domicilio, evitar ponerse al volante sin acompañante, circular a una menor velocidad que la limitación genérica o exclusión total del consumo de alcohol.

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