Antes de que finalice julio, la Xunta activará un fondo de 10 millones para conceder préstamos a los concellos e iniciar una ofensiva contra el feísmo en Galicia. El objetivo es poner fin a las fachadas de casas sin acabar, uno de los elementos que enturbia el urbanismo y práctica prohibida por ley. Esa partida servirá para que los municipios de menos de 20.000 habitantes dispongan de dinero para poder rematar por vía forzosa esas construcciones y, después, pasarle la factura a sus propietarios en caso de que estos no respondan a las multas por su displicencia.

El remate de las fachadas será prioritario, pero estos recursos podrán emplearse también para realizar cualquier otra obra de rehabilitación o demolición de edificaciones cuando sus dueños incumplan la legislación y no atiendan a las órdenes municipales. La prioridad será el aspecto exterior frente a la reparación del interior con el citado objeto de atajar el feísmo. La medida pretende evitar la "ruina" de las edificaciones que obligue a tirarlas definitivamente, según expusieron el año pasado al anunciar la creación del fondo fuentes del departamento de Ethel Vázquez.

Esta medida se completa con otra línea de préstamos para los propietarios que quieran rehabilitar sus viviendas, medida incluida en el Plan RehaVita. El Ejecutivo autonómico destinará 1,8 millones a estos créditos, según aprobó en su reunión semanal del pasado jueves.