Galicia vivirá dos nuevas jornadas de huelga de autobuses esta semana, mañana y el miércoles, en medio de un conflicto que se agravó en los últimos días y con las negociaciones rotas entre la Xunta, por un lado, y los sindicatos y la patronal, por otro.

El seguimiento en los dos primeros días de paro fue masivo y el impacto fue mayor por el incumplimiento de los servicios mínimos, fijados en un 40% para las líneas regulares y en el 100% para el transporte escolar. El fin de las clases marcará una menor afección estos días, en los que está por ver si tienen la misma efectividad los piquetes, que fueron denunciados por la Xunta y reprobados por las empresas. Las centrales aseguran que el "éxito" de la convocatoria se debe a la concienciación de los trabajadores, opuestos al anteproyecto.

Anetra, Fegabús y Transgacar (afectadas en un 90% por la reordenación de unas 500 líneas en la primera fase del plan, que implica a las provincias de Lugo y Ourense) continúan con su ofensiva centrada en la pinza con las organizaciones sindicales. Aunque los representantes de los trabajadores están enfrentados con los empresarios por el bloqueo de los convenios colectivos, ambas partes coinciden en su rechazo a los planes de la Xunta. Sin visos de solución, la Consellería de Infraestruturas insiste en que las citas deben ser bipartitas, puesto que los intereses son "distintos".