El dispositivo de la Xunta para la lucha contra el fuego se activa por completo a partir de mañana, fecha en que se decreta el período de mayor riesgo, que concluye el 30 de septiembre. Con la mente puesta en la tragedia de Portugal que este mes provocó la muerte de 64 personas a causa de las llamas que afectaron a los ayuntamientos de Góis y Pedrógão Grande, el Ejecutivo incidirá en la vigilancia de la limpieza de montes y el cumplimiento de las franjas de seguridad, de 50 metros hasta las casas y de 10 hasta las carreteras. En lo que va de año, la Xunta ha apercibido a 995 dueños por incumplir esta norma y comunicará otras 3.000 notificaciones "de forma inmediata". Por tanto, casi 4.000 ciudadanos se exponen a multas y a que los municipios realicen la tarea de limpieza correspondiente y luego les pasan la factura.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reveló la cifra de apercibimientos tras la reunión del Consello en que se aprobó definitivamente el Pladiga, el documento que organiza la lucha contra el fuego y las tareas de prevención. Como el año pasado, el dispositivo total rondará los 7.000 efectivos, con 30 medios aéreos y 360 motobombas. La inversión será de 173,7 millones de euros.

A pesar de las llamadas de Feijóo al cumplimiento de la ley -aprobada en 2007 por el bipartito pero reformada por el PP para reducir las franjas de seguridad entre viviendas y masas de árboles- como una vía de reducir el impacto del fuego, solo el 30% de montes vecinales gallegos comenzaron el desbroce de sus terrenos debido a la demora en las ayudas. De los 399 expedientes aprobados por Medio Rural, solo iniciaron los trabajos 126.

Entre las novedades de este año del Pladiga, se incluye la utilización de un sistema que permitirá tener geolocalizados los recursos humanos y materiales en tiempo real, una herramienta que, según Feijóo, evidencia el paso de una planificación "analógica a una digital". Además, otro sistema permitirá cubrir posibles vacíos de las telecomunicaciones habituales, afectadas a veces por las llamas.

Además, la Xunta incorporará la colaboración de los radioaficionados para ejercer de una apoyo en la vigilancia del monte contra la actividad incendiaria.