Podemos eleva la tensión interna en En Marea antes del plenario que esta celebrará mañana y que se ha planteado como un combate entre la dirección de Luís Villares y el sector crítico, formado por Marea Atlántica, Anova y Esquerda Unida. Con los ánimos tensos y reproches públicos de ambos bandos, el partido morado entró en liza para desmarcarse de la fuerza que lidera la oposición en Galicia.

Anunció su ausencia del cónclave, limitó su alianza al ámbito "estrictamente electoral", le reprochó insuficiente "renovación, participación y radicalidad" y que "pretenda ostentar bajo la forma de partido único la representación política y social del cambio" en Galicia y negó cualquier obligación a que sus miembros deban rendir cuentas al plenario. La intención de no diluir sus siglas y mantener su autonomía no es nueva por parte de Podemos, pero sí el tono crítico con el partido instrumental, entre cuyos 14 diputados, siete militan en la organización capitaneada por Pablo Iglesias.

Podemos emitió ayer un comunicado que enturbia aún más el debate del espacio de la confuencia sobre su futuro a dos años de las municipales, cita en que deberán refrendar sus fuerzas, especialmente en las alcaldías del cambio de A Coruña, Santiago y Ferrol.

Al plenario de En Marea acude Villares, por un lado, y sus críticos, entre los que destacan Marea Atlántica, la dirección de Anova y algunas mareas municipales, que le reprochan excesiva moderación al exjuez y saltarse el sistema más votado en las primarias con una portavocía de tres personas para erigirse en único referente.

Podemos y Esquerda Unida, otras de las patas de este espacio, permanecían a la expectativa. Esta última no acude como organización el plenario, pero defiende recuperar la pluralidad en la dirección. La líder en Galicia de la primera, Carmen Santos, no tenía previsto acudir, pero su formación sorprendió a sus aliados ayer con su alegato. "La unidad no puede ser un fin en sí mismo para construir una nueva organización política gallega, un nuevo partido stricto sensu en su modelo, participación restringida y líneas políticas que no siempre responden a la renovación y radicalidad democrática que la sociedad gallega reclama".

Además, tercia otra polémica en contra de la coordinadora de En Marea, que ayer pidió a los diputados en el Congreso de los Diputados que acudan mañana a rendir cuentas tras haber asegurado Luís Villares que se negaban por falta de tiempo. El partido vinculó a una malentendido el conflicto y aseguró que estarán presentes en el plenario.

Podemos, sin embargo, rechaza ese extremo. "La rendición de cuentas se la debemos a nuestros inscritos y a los votantes. No tenemos ninguna obligación, por tanto, con En Marea-Partido", defiende.