La Consellería de Medio Rural empezó a pagar el pasado mes de julio las primeras indemnizaciones a los afectados por la plaga de la patata. Agricultores y almacenistas de los 31 concellos infectados -13 de la provincia de A Coruña y 18 de Lugo -todavía tienen hasta el próximo 30 de septiembre para tramitar las ayudas. Pero en el primer mes, la Xunta ya resolvió un total de 367 solicitudes, por las que abonó más de 53.000 euros, una cantidad que supone más de la cuarta parte de la partida reservada por el Ejecutivo autonómico (250.000 euros) para los damnificados por la destrucción de las cosechas o la simiente en las zonas en cuarentena.

El número de beneficiarios todavía es muy bajo en relación a los productores afectados por la polilla que registraron sus fincas en Medio Rural: 6.500. La mayoría de los agricultores y almacenistas que ya percibieron la indemnización por la retirada de las cosechas plantadas, la producción guardada para consumir o la almacenada para siembra son de la provincia e Lugo, un total de 323, frente a los 44 de A Coruña.

Las cantidades percibidas varían entre un beneficiario y otro ya que la indemnización es diferente para un almacenista que un particular. Para la patata de siembra que se destruyó, la Xunta fija una ayuda de 70 céntimos por kilo; para las de autoconsumo guardadas, 30 céntimos y para las cosechas que tuvieron que ser arrancadas, 40 céntimos por metro cuadrado.

Fue en mayo cuando los técnicos de Medio Rural iniciaron las visitas por los concellos afectados por la plaga. En los dos meses de rastreo y peinado, la Xunta retiró más de 340 toneladas de tubérculo; 291 de patata de siembra, consumo y desenterrada -200 toneladas en los concellos en cuarentena de Lugo-, a las que se suman casi 50 toneladas que estaban en 15 almacenes -11 en la provincia de Lugo y los 4 restantes en A Coruña-.

De la producción destruida en la provincia de A Coruña, 33,5 toneladas fueron de patata de simiente, 14 para consumo y 45 se desenterraron de las 3.946 fincas registradas por 3.326 productores de los 13 municipios afectados. En los 18 concellos infectados en Lugo, los técnicos de Medio Rural destruyeron 122 toneladas de tubérculo plantado y desenterrado, 51 de patata para siembra y 23 guardada para consumir.

La Xunta ya acordó en 2015 prohibir que las patatas cosechadas en los ayuntamientos afectados por la plaga pudiesen sacarse de esa zona para así evitar que el insecto se propagase a otras áreas. Cuando detectó la primera plantación contaminada por la polilla guatemalteca, Medio Rural publicó varias medidas de uso obligatorio, tanto para agricultores como para almacenistas.

Para combatirla, el Ejecutivo gallego propuso hace ya dos años o colocar trampas con feromona para la captura del insecto, usar semillas libres de esta polilla, realizar tratamientos fitosanitarios con productos registrados tanto en el campo como en el almacén, destruir los ejemplares dañados, enterrar las semillas a más de 15 centímetros de profundidad, eliminar las plantas de producciones anteriores, rotar cultivos, desinfectar los almacenes y las herramientas con las que se manipulase el producto y seleccionar las patatas antes de guardarlas.

Desde el Gobierno central la primera medida llegó el pasado mes de marzo, con la aprobación de un decreto por el que estableció la prohibición de plantar patatas en los municipios infectados durante los próximos dos años.

El Ministerio de Agricultura sospecha que la plaga llegó a Galicia "de forma irregular" desde Canarias. Esa fue precisamente la primera zona afectada por la polilla guatemalteca en el año 1999. El departamento dirigido por Isabel Tejerina apunta como causa probable de la entrada de la plaga en la comunidad gallega que el insecto cruzó el charco "no a través de una operación comercial", sino que fue algún particular que trabajo un pequeña cantidad para uso propio.