El fuego declarado a primera hora de la tarde de ayer en la parroquia de Vilamaior do Val, en el concello ourensano de Verín, llevaba arrasadas anoche al cierre de esta edición más de 40 hectáreas, según las estimaciones de la Xunta, y seguía activo, tras extenderse hasta el núcleo próximo de Queirugás, obligando a la Consellería de Medio Rural a decretar el nivel 2 de prevención, ante la proximidad del fuego a las viviendas. Fuentes próximas a los servicios de extinción, afirmaban que las llamas podrían haber multiplicado ya por 10 la cifra de la Xunta y habría más de 400 hectáreas ardidas en la zona. Pese a la virulencia del fuego avivado por el viento, no hubo casas afectadas ni fue necesario realizar desalojos, pero la rapidez con la que se propagaron las llamas alcanzaron la N-525 -de Zamora a Santiago- y la Autovía de las Rías Baixas (A-52) a la altura de Queirugás y obligaron a cortar la circulación en ambas direcciones. La N-525 permanecía cortada anoche en ese tramo y en la autovía A-52, se reanudó la circulación a las 22.30 horas tras 90 minutos de cortes.

Estas retenciones crearon tensión entre los conductores, que según llamadas recibidas en este periódico, vivieron con nervios la espera a que se reanudara el tráfico mientras el humo se hacía más espeso, y en el caso de los que circulaban hacia A Gudiña, tuvieron que retomar la marcha con el fuego envueltos en una nube de humo y las llamas en la mediana.

El fuego comenzó a las 16.30 horas en un bosque de Vilamaior y se extendió por la parte este, bajó con rapidez por la vaguada, hasta Queirugás donde se acercó a las casas pero sin llegar a ellas, según explica el alcalde de Verín, Gerardo Seoane.

Las llamas seguían avanzando anoche hacia el municipio de Vilardevós, también en Ourense. En las labores de control del incendio participaron ayer un agente, 22 brigadas, 10 motobombas, 12 helicópteros y cuatro aviones.

Los efectos de las llamas pudieron haber sido mucho peores, según el regidor, "si los vecinos de Vilamaior, donde arrancó el incendio no tuvieran el entorno de sus fincas limpios de maleza. El fuego dejó calcinado un vehículo de las brigadas de la Xunta y provocó cortes en el suministro eléctrico de muchas viviendas de los núcleos por donde se propagó el incendio.

El ayuntamiento de Verín tuvo que dotar de equipos electrógenos con los que vecinos de los núcleos de Queirugás -por donde el fuego pasó algo más cerca de las casas- pudieron bombear agua de sus pozos y mantener húmeda la zona próximas a las viviendas en previsión de un posible cambio de la dirección del viento hacia el núcleo habitado.