La producción de ostra plana en Galicia superó el año pasado en más del triple (252%) a la de 2015, al alcanzarse las 96,35 toneladas recogidas en el litoral gallego. El alza de la especie, sin embargo, no significa que la mejora vaya a ser constante ya que, según el biólogo Arturo Silva, se trata de un bivalvo "muy especial" porque las características ambientales anuales condicionan mucho su reproducción, incluido su cultivo en criadero, "irregular año a año".

Los ejemplares de esta especie autóctona forman, según apunta la investigadora del Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar), Rosa Fernández, una unidad diferente a los de otros países, tal y como demostró un análisis genético de las poblaciones del litoral europeo realizado en el marco del proyecto Oysterecover. Este plan, iniciado en mayo de 2010 y que finalizó en octubre de 2013, tenía como objetivo establecer las bases científicas y los estándares y procedimientos técnicos para la recuperación de la producción de ostra plana mediante la detección del parásito Bonamia ostreae. La investigación contó con un presupuesto de 3,2 millones de euros financiado en un 77% por la Unión Europea y consiguió determinar métodos de diagnóstico estandarizados y variados para localizar la presencia de la enfermedad en los bancos naturales.

La bonamiosis causa la muerte de la ostra plana, por lo que el estudio se centró también en identificar "potenciales marcadores moleculares de resistencia" que permitieran seleccionar los ejemplares más fuertes ante la enfermedad para usarlos como reproductores. "No se detectó ningún caso de bonamiosis en el periodo 2012-2015 en los análisis realizados por la Unidad de Patología del Intecmar [Instituto Tecnolóxico do Mar], pero hubo casos previamente y para una declaración oficial de zona libre de bonamiosis sería necesario un mayor esfuerzo de muestreo que el realizado", explica Fernández en referencia a la Confraría de Pescadores San Bartolomé de Noia, donde se desarrollaron dos importantes proyectos para el estudio de la especie. La investigadora del Cetmar, sin embargo, indica que de haber bonamiosis en el pósito coruñés "su prevalencia ha de ser muy baja", aunque sí que se detectó en el resto de los bancos gallegos de ostra plana.

Silva, que trabajó para la cofradía noiense, indica que la entidad estuvo comprometida con los proyectos Oysterecover y Settle. Este último permitió establecer una serie de parámetros que intervienen en la mejora de la producción de larvas en cultivo de criadero, ya que en el medio natural no es posible influir en este proceso.

La investigadora del grupo Acuibiomol del Instituto de Acuicultura de la Universidade de Santiago de Compostela, Luz Pérez-Parallé, explica que los bancos naturales de ostra plana en Galicia están esquilmados y que es necesario obtener semillas en criadero para incrementar la producción, hacerla rentable y recuperar estos bancos. La científica asegura que en Europa hay dificultades para alcanzar un rendimiento sostenible de semilla de ostra plana durante todo el año y que la producción natural en España no llega para cubrir la demanda. Por esta razón, el grupo gallego y otros de Noruega, Irlanda y Francia, así como la cofradía de Noia -que construyó un criadero y estaba interesada en recuperar la población de la especie en la ría- desarrollaron una investigación financiada mediante el proyecto europeo Settle que consiguió reducir el proceso de obtención de larvas a la mitad y duplicar el número de éstas viables a lo largo de todo el año.

"Dependiendo de la época, las condiciones de partida de la ostra son diferentes y los tratamientos también", indica Pérez-Parallé, que explica que la importación de semillas de otras especies y países podría venir acompañada de bacterias, parásitos y virus e influir en el desarrollo de las autóctonas. "Las semillas son de buena calidad, pero la mortalidad que afecta a los adultos de ostra plana está en gran medida ligada a la presencia de enfermedades parasitarias", concluye la investigadora.

Noia, históricamente importante para la especie, redujo en los últimos años la producción. Arturo Silva indica que los bancos tradicionales como Noia o Ribeira están sometidos a un esfuerzo anual de capturas mayor que los de reciente explotación, como el de Barallobre, de ahí que su capacidad de regeneración sea menor. "Para que la producción de ostra plana sea estable en el tiempo es necesario contar con bancos naturales fuertes y eso es muy complicado en este país porque tan pronto se descubre un recurso, se comienza de inmediato a extraer sin estudiar primero su capacidad de regeneración ni su volumen", lamenta Silva.

La producción de ostra plana en Noia se redujo un 65% entre 2014 y 2016, cuando se recogieron 19,2 toneladas frente a las 54,8 de dos años antes. Desde el pósito coruñés indican que en 2015 no abrieron la zona porque había mucha especie de entre 6 centímetros (talla mínima en Europa) y los 8 centímetros exigidos en éste para conservar la especie. Un representante de la cofradía asegura que el banco de ostra plana natural más productivo está en Noia, donde también realizan muestreos y pruebas en criadero. El patrón mayor de la cofradía, Santiago Cruz, explica que "hay años mejores y años peores" y que el desove de la especie no es siempre igual. "Es autóctona y tiene unos precios bastante elevados, sobre todo en noviembre y diciembre", explica el líder del pósito. En 2016, la lonja de Noia comercializó la ostra plana a una media de 6,59 euros por kilo, un 48% más cara que en 2014 (4,44 euros).