El mito de la caverna. Gestionar las emociones fuera de la caverna. Aceptar y liderar. ¿El reto? Dejar atrás lo que no te aporta nada. Este es el tema que centrará el día 6 de septiembre una sesión de coaching para los empleados públicos de la Xunta, un sistema de motivación de plantillas adoptado por la empresa privada y que recurre a expertos en sesiones intensas que mezclan mensajes de autoayuda y técnicas contra el estrés para evitar el decaimiento de la productividad y fomentar que cada trabajador sea "proactivo".

La Administración no es una excepción. "No nos distinguimos tanto de la empresa privada. Somos una organización de personas, a pesar de que la administración busca el bien general y la empresa, el beneficio económico", explica Sonia Rodríguez-Campos, directora de la Escuela Galega de Administracións Públicas (EGAP), organizadora desde el año 2013 de cursos de coaching dentro de sus iniciativas para mejorar la formación de los empleados de la Xunta y los municipios. A las sesiones sobre la ley de concursos públicos, por ejemplo, se unen las motivacionales.

Los razones de incorporar estas técnicas son varias, pero se centran en combatir el acomodamiento de quien posee un puesto de trabajo asegurado y facilitar la mejora del trabajo. "Se trata de ser más eficiente, por ejemplo, en la gestión del tiempo y de los equipos, aprendiendo a trabajar con personas difíciles", apunta Rodríguez-Campos sobre uno de los cursos, que, matiza, no aportan puntos para la promoción interna del personal. Pese a ello, la demanda existe.

La sesión que el coacher Felipe García, especializado en la formación de empleados en el sector de ventas, realizará en septiembre -de cuatro horas- es la continuidad de la que impartió en julio. Para ese, hubo 170 solicitudes y solo 23 plazas.

La responsable de la EGAP reconoce que entre los objetivos de estas iniciativas figura luchar contra la "imagen negativa del funcionario, que aplaza la resolución de problemas y tiene bajo rendimiento". Recurre a un ejemplo puesto sobre la mesa en una de las sesiones que ella presenció. "Ante frases como que "esto siempre se ha hecho así" ante cambios cuando llega un nuevo jefe debemos hacer entender, y convencer, de que hay un método nuevo más ágil", apunta.

Los coachers buscan también minimizar las filias y fobias en departamentos sin muchas caras nuevas durante años para mejorar el ambiente de trabajo, así como evitar casos ajustados al prejuicio del funcionario con una "agenda laboral parafamiliar y que prioriza la personal sobre la profesional siempre", define la directora de la Escola de Administacións Públicas, que, insiste, son los menos dentro de la administración.