Los trabajadores del campo son algunos de los muchos damnificados por la sequía de este año. El déficit de agua unido a las fuertes heladas en el interior de la comunidad ha provocado graves pérdidas en las cosecha de la vid y también en producciones como la castaña, la apicultura y las explotaciones de carne, que ven como se encarecen sus costes de producción por la falta de pastos. Los ganaderos han empezado a movilizarse para pedir ayudas al Gobierno gallego, y ayer mismo la Consellería de Medio Rural anunció que el Consello de la Xunta aprobará una línea de subvenciones para los agricultores afectados por fenómenos adversos, como la tormenta de granizo del pasado domingo dotada con 1,5 millones de euros para este año y el que viene. La conselleira do Medio Rural, Ángeles Vázquez, se reunió ayer con los alcaldes de los municipios ourensanos de Cenlle y Castrelo de Miño, Gabriel Alén y Xurxo Rodríguez, y les explicó que se les dará prioridad a ambos municipios afectados por este pedrisco en los criterios de reparto de las ayudas del departamento gallego. Además, les avanzó que la Xunta solicitará al Gobierno central que los agricultores damnificados puedan desgravar en el IRPF. Vázquez insistió en la importancia de los seguros agrarios para hacer frente a este tipo de situaciones y recordó que Medio Rural destina este año 4,7 millones de euros a financiar la contratación de pólizas.

Los estudios de la Xunta constataron que la tormenta de granizo del domingo rompió ramas y hojas, dañó la piel de las uvas y provocó la caída de racimos, lo que puede repercutir en la reducción de cantidad y calidad de fruto recogido. Por eso, los técnicos aconsejan adelantar la vendimia, con el objetivo de minimizar las consecuencias.