La oferta de este año de pisos para turistas está obligada a cumplir con el decreto de regularización de viviendas turísticas de la Xunta, en vigor desde el pasado 10 de mayo. Los propietarios deben inscribir sus viviendas vacacionales en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas de Galicia, de lo contrario se enfrentarán a multas de entre 900 y 9.000 euros, aunque la reincidencia puede implicar sanciones de hasta 90.000 euros, al margen de otros expedientes administrativos y fiscales que se pueden abrir.

La Asociación e Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga) destaca que en la época estival "no hubo ningún tipo de incidencia" en los alojamientos de este tipo. Pero denuncian que han recibido multitud de quejas de propietarios de toda la geografía gallega por el "acoso" de los inspectores de la Agencia Tributaria. Aseguran que los agentes "timbran muy temprano en viviendas ocupadas por turistas y los bombardean a preguntas a través del telefonillo". Para la asociación con estas prácticas se ofrece "una imagen penosa y patética" a los visitantes. Desde Aviturga admiten que muchos propietarios desistieron de regularizar sus viviendas optando por portales online y agencias inmobiliarias y por eso los técnicos del Ministerio de Hacienda vigilan que los alojamientos estén dados de alta.

Por lo demás, consideran que los usuarios valoran de forma muy positiva este tipo de alojamientos y resaltan la calidad de sus servicios.