Solo cuatro mil montes gallegos están ordenados. Se trata de un porcentaje muy pequeño, puesto que en Galicia abunda el minifundio forestal y la cifra total de propiedades forestales supera las 673.000. Esto significa que el 99% de los bosques de la comunidad autónoma todavía no cuenta con ningún instrumento de gestión forestal, pese a que en mayo de 2020 vence el plazo fijado por la legislación para dotarse de un plan de ordenación o de un documento de adhesión a buenas prácticas silvícolas. Sin este trámite, los titulares de montes no podrán cortar madera, ni recibir ayudas públicas ni beneficios fiscales.

A un total de 669.000 parcelas forestales les quedan ahora algo menos de tres años para acogerse a un instrumento de gestión. La práctica totalidad son pequeños propietarios, muchos de ellos seguramente ni siquiera explotan el monte o lo tienen abandonado. Sin embargo, tampoco las grandes superficies forestales tienen hechos los deberes. Según los datos de la Consellería de Medio Rural, entre los bosques de mayor tamaño hay 749 que ya cuentan con algún tipo de instrumento de ordenación. Sin embargo, en Galicia hay más de 3.000 montes mancomunados, de manera que solo un 25% está ordenado. Tres de cada cuatro todavía no disponen de un proyecto de ordenación que les garantice seguir recibiendo ayudas y beneficios fiscales a partir de 2020 y que además puedan seguir realizando talas para vender la madera.

En el caso de los pequeños propietarios, hay 3.317 montes ordenados, del total de 670.000 que existen en Galicia.

Los instrumentos de gestión forestal quedaron regulados en un decreto aprobado en 2014. Existe un modelo distinto según el tipo de propiedad. Los montes públicos y los terrenos que superen las 25 hectáreas de superficie (de perímetro) deben dotarse de un proyecto de ordenación, un documento técnico que recoge las características del bosque y elabora una propuesta de gestión del mismo.

Si el monte tiene entre 15 y 25 hectáreas los propietarios deberán presentar un documento simple de gestión, técnicamente menos complejo que el plan forestal, o un documento compartido (por ejemplo, cuando varios propietarios quieran gestionar conjuntamente sus parcelas sin perder su propiedad). Para los que tengan propiedades inferiores a las 15 hectáreas, que es el caso de la práctica totalidad de los propietarios de Galicia, servirá con un documento simple de gestión o bien se podrán adherir a un modelo de buenas prácticas silvícolas.

La Consellería de Medio Rural ofrece una veintena de modelos forestales, dependiendo del tipo de monte y de las especies plantadas. Cada propietario puede suscribir uno de estos modelos, pero eso implicará que tendrá que cumplir una serie de normas. Así, deberá cumplir con las distancias mínimas establecidas para repoblaciones forestales.

También deberán guardarse dos metros de distancia a otras parcelas, cuatro metros respecto a pistas forestales y si colinda con una vía de comunicación deberá haber un perímetro de seguridad de 10 metros si hay pinos y eucaliptos y de 4 metros si son frondosas.

Los propietarios que se adhieran a estos modelos silvícolas también deberán ajustarse a unos requisitos en la poda y están obligados a triturar los restos forestales. Si no cumplen, podrán ser sancionados.