En la última década, las comunidades han sobrestimado de forma sistemática sus previsiones de ingresos por la venta de su patrimonio. La conclusión podría ser que las autonomías confían en unas previsiones a las que el mercado da la espalda.

Aunque hay expertos que aseguran que inflan la recaudación para poder cuadrar así sus presupuestos y de paso respetar los objetivos de déficit público marcados.

Entre 2013 y 2015, las comunidades recaudaron por la enajenación de inversiones reales 1.500 millones cuando la cifra presupuestada era 6.300.

El porcentaje de ingresos sobre los previstos fue en este trienio del 23%.

En 2016 se produjo una corrección en todas las comunidades. Por primera vez en los últimos 15 años la previsión de recaudación cayó por debajo de los 500 millones (477). Fue tres veces menos que en 2015 o seis veces menos que en 2016.

Pese a este descenso de la partida presupuestada, la cantidad recaudada no superó el 30% de la prevista (140 millones).

El mayor exceso se registró en 2015 cuando las 17 autonomías previeron que iban a conseguir 1.340 millones por la venta de su patrimonio, aunque al final solo lograron 108. El 8%.