El fuego se ha cobrado cuatro víctimas mortales en Galicia, dos en el concello pontevedrés de Nigrán, uno en la localidad ourensana de Carballeda de Avia, donde un septuagenario murió en un corral, y un cuarto fallecido en Vigo al caer desde una altura cuando intentaba apagar un fuego.

Las dos personas fallecidas en Nigrán quedaron atrapadas en una furgoneta en la carretera que une las parroquias de Camos y Chandebrito. "Casi se puede confirmar que intentaban escapar del fuego, que nos atacó por todos lados", aseguraba ayer a medianoche el regidor de Nigrán, Juan González. "Se asustaron e intentaron huir", afirmó el alcalde, quien lamentó que la ola de incendios que asoló Galicia, y en especial Pontevedra, dejó a su concello sin efectivos de extinción, pues estaban en otros municipios, atacando las llamas. "Estuvimos todo el día sin medios para echarnos una mano. Lo único que nos puede salvar es la lluvia", afirmó.

El titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, lamentó los fallecimientos, pero declinó adelantar qué pasó. "Se está reconstruyendo el suceso", afirmó, para luego añadir: "Los desplazamientos de coches por carreteras comarcales, por pistas forestales es lo peor que se puede hacer en caso de incendios". Feijóo admitía a medianoche que "la situación está al límite", pero los servicios de extinción trabajan "al límite". Aventuraba que esta madrugada sería "muy larga".

La de ayer fue una jornada negra en Galicia por culpa de la intensa actividad incendaria y se saldó de la peor manera posible. Más de 200 fuegos en 72 horas, 60 incendios registrados el domingo y 28 activados entre la medianoche del sábado y las 09.00 horas del domingo. Al cierre de esta edición, 13 incendios en Galicia tenían decretada la situación 2, es decir había riesgo real para las poblaciones más cercanas. En Pontevedra, son los fuegos de Baiona, Nigrán, Salvaterra de Miño, Gondomar, As Neves y el de Ponteareas, que luego se extendió por Redondela, Soutomaior y Pazos de Borbén. En Ourense, los fuegos que amenazaban casas fueron los de Oseira, Lobios, Baños de Molgas, Chandrexa de Queixa, Castro Caldelas, y Paderne. Y en la provincia de Lugo, el de Cervantes.

Los incendiarios sembraron el caos en la comunidad, sobre todo en la provincia de Pontevedra, al prender fuego cerca de núcleos urbanos. Como fue el caso de Vigo, con múltiples focos abiertos. Vecinos desalojados, ciudadanos hospitalizados por los efectos del humo, carreteras cortadas, largas retenciones de tráfico, miles de hectáreas arrasadas, construcciones calcinadas... y vecinos impotentes y desesperados luchando contra el fuego.

La Xunta defendió que ayer desplegó a todos sus efectivos, más de 5.000, y además aguardaba que de madrugada llegarán a Galicia "500 efectivos de la Unidad Militar de Urgencias de Valencia, Madrid y Zaragoza. El Ministerio de Medio Ambiente envió 20 medios aéreos, entre otros recursos.

El fuego ya se saldó en la comunidad gallega en el pasado otras víctimas mortales: el piloto de una avioneta en Medeiros (Ourense) en 2005; una madre y una hija en Cerdedo (Pontevedra), atrapadas cuando circulaban por la carretera en 2006; dos brigadistas en Fornelos de Montes, también en Pontevedra, en 2010 y en junio de 2015 moría un agente forestal cuando sofocaba un incendio en Galicia.