La cifra de muertos en accidentes de tráfico se redujo casi un 60% durante la última década. La reforma del Código Penal en materia de tráfico, el carné por puntos, el refuerzo de los controles en carretera y las campañas de la DGT permitieron frenar las negras estadísticas en la red viaria de todas las comunidades. Pero, por el contrario, el balance de lesionados en accidentes de tráfico ha aumentado. En solo cinco años, el incremento fue del 16%. Como protagonistas o testigos, apenas hay conductores o pasajeros que no se hayan visto en medio de un atasco inesperado, con carriles cortados, tráfico desviado, una patrulla de atestados o sirenas de una ambulancia. Son síntomas de una de las causas de hospitalización más comunes en España: los accidentes en carretera. Los datos de la última década hablan por sí solos: casi 1,3 millones de españoles -unos 58.000 en Galicia- resultaron heridos en un siniestro viario, según revela el informe de la Fundación Línea Directa El impacto de los lesionados por accidente de tráfico en la seguridad vial. Análisis y evolución. En el conjunto de país, el volumen de usuarios lesionados desde 2006 supone el 3% de la población total; y en Galicia, algo más del 2%.

No solo el número sino también la gravedad de las lesiones en carretera resulta alarmante. Siete de cada diez heridos en un accidente de tráfico sufren secuelas de por vida. Salvo Pontevedra (67%), el resto de provincias gallegas superen la media nacional, según revela el estudio.

En el mapa de la lesividad vial, Pontevedra se encuentra marcada en rojo. En concreto esta provincia es junto con Las Palmas y Murcia los territorios con mayor proporción de lesionados en el conjunto del país. En el extremo opuesto de la tabla están Toledo, Segovia y Zamora con tasas interiores a la media, que se sitúa en el 8,6%.

El director general de Fundación Línea Directa, Francisco Valencia Alonso, atribuye el aumento de heridos en los últimos años a factores como el incremento de la movilidad y la recuperación económica, pero también a un "trasvase de fallecidos a heridos graves y de heridos graves a heridos leves", ya que, aunque el número de heridos ha aumentado, el de fallecidos ha disminuido casi un 60% en los últimos diez años. Este trasvase, según Valencia Alonso, guarda relación con la mejora de las carreteras y la seguridad de los coches actuales.

Cada año, según concluye el informe, más de 13.000 personas resultan heridas de consideración en España por una salida de vía, una colisión o un atropello. ¿Las consecuencias? Una media de 14 días de hospitalización y más de 200 de rehabilitación, siendo la lesión más habitual el esguince cervical (75%).

Los resultados del análisis de la lesividad durante los últimos diez años reflejan que el efecto del carné por puntos, en vigor desde verano de 2006, se diluye. Las estadísticas del último lustro así lo reflejan: con un aumento de los accidentes con lesionados un 18% y de los heridos, un 16%. La lectura de estos datos no es positiva: los españoles no están lo suficientemente concienciados ya que casi la mitad de los niños muertos en accidentes de tráfico y el 30% de los que resultaron heridos graven viajaban sin silla de retención infantil, según advierte la Fundación Línea Directa. En el caso de los conductores y del resto de pasajeros, uno de cada tres fallecidos y casi el 20% de los heridos graves no usaba el cinturón de seguridad. Y el 17% de los motoristas muertos no llevaba casco.

Ante esta situación, la Fundación Línea Directa, en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial), advierte de que el coste de esta lesividad también tiene un coste económico elevado y recuerda que la factura por lesiones de tráfico en España supera los 10.000 millones de euros anuales, casi el 1% del PIB.

Las salidas de vía son los accidentes más peligrosos, mientras que los alcances traseros son los más habituales y los choques en cadena los que más lesionados causan. El perfil del lesionado es un hombre joven de entre 26 y 35 años, con un turismo antiguo de más de 15 años, que circula por una vía convencional -un tipo de carretera que casi duplica el número de heridos por kilómetro de autopistas y autovías- y que va generalmente en la posición del copiloto.