La conselleira de Medio Rural realizó un llamamiento ayer a la unidad política, invitación que saltó por los aires durante la intervención del diputado popular José Balseiros, cuyas palabras casi provocan la suspensión de la sesión por parte del presidente de la Cámara, Miguel Santalices, que trató de calmar a PSdeG, En Marea y BNG tras esta declaración de su compañero de partido. "No seré yo quien diga que parece que ustedes estuviesen deseando que sucediese esto", deslizó Balseiros, alcalde de Cerdedo en 2006 cuando la ola de incendios mató dos personas en su concello.

La hemeroteca planeó en todo momento sobre la sesión. En 2006, el bipartito PSdeG-BNG se enfrentó en agosto a una oleada de fuegos que causó cuatro muertos y quemó más de 95.000 hectáreas. Entonces, acusó a un supuesto "terrorismo" incendiario de quemar Galicia. El PP, en la oposición, le afeó buscar excusas e incluso encabezó una manifestación, semanas más tarde, junto a familiares de víctimas mortales.

Los papeles se invirtieron once años después. Balseiros puso en duda la presencia de sus rivales en el terreno para ayudar. "Están tan cerca de los fuegos que también tienen tiempo de estar en manifestaciones", censuró el diputado, que los acusó de "preparar esas marchas". "Quizás estuvieron [en las zonas afectadas], pero no coincidimos", ironizó en una intervención en la que, como Vázquez, justificó la ausencia de Feijóo por estar dándole el pésame a las familias de las víctimas mortales a causa de los incendios.

Las filas de la oposición se revolvieron, especialmente las de En Marea. Villares, poco después, mostró el teléfono móvil "estallado por el calor a pesar de su traje ignífugo" de su compañero David Rodríguez, brigadista forestal de profesión.