El coste de repoblar las 35.500 hectáreas que consumieron las llamas ascenderá a más de 64 millones de euros, según cálculos del sector. La estimación se basa en solamente en el coste que supone preparar el terreno y plantar coníferas o variedades más baratas de las especies del bosque de frondosas, como el roble, en un terreno llano o con una pendiente suave, sin tener en cuenta los trabajos de corta y limpieza de un monte quemado, así como la retirada de su madera. Plantar una hectárea con coníferas cuesta alrededor de 1.800 euros, pero si el árbol elegido es castaño o roble el coste se puede disparar hasta casi los 3.000 euros por hectárea.

Pero no solo de la elección del tipo de árbol depende el coste de una reforestación. Factores como la inclinación del terreno y el tamaño de la propiedad son fundamentales. En zonas donde la pendiente es mayor del 25% es muy difícil realizar el trabajo de manera mecánica y a partir del 35% lo es incluso de manera manual, lo que encarece mucho los trabajos. El presidente de la Asociación Forestal de Galicia, Francisco Dans, explica que éste es precisamente el caso de muchas áreas del sur de la provincia de Pontevedra, en las que además hay muchos afloramientos de rocas que dificultan el uso de maquinaria. Con él coincide el decano del Colexio Oficial de Enxeñeiros Técnicos Forestais de Galicia, Santiago García, que añade el área quemada en Os Ancares, en Cervantes, a estos terrenos difíciles de reforestar porque habría que hacerlo a mano. García considera que no es posible hacer una media del coste por hectárea, ya que las condiciones del terreno lo condicionan de manera fundamental. Solo los costes de los árboles para replantar rondan los 1.500 o 1.800 euros, cifra. El decano de los ingenieros forestales suma además otra característica de la propiedad en Galicia que al precio de la recuperación de los montes quemados: el minifundio. "Hay terrenos en la zona de Vigo en los que no cabes ni de perfil con un sacho", ejemplifica. A esto le suma Dans los vallados y cierres que puede haber en los terrenos.

Sin embargo, ni todos las áreas afectadas tenían árboles ni todos los terrenos necesitarán ser repoblados. Algunas zonas de monte se pueden regenerar de manera natural, como apunta el investigador del CSIC Serafín González. Estas áreas, en las que el proceso sería más lento, sí necesitarían en dos o tres años trabajos de silvicultura para mejorar la situación de los montes, que cuestan alrededor de 1.000 o 1.100 euros por hectárea. Los precios se podrían rebajar, apunta González, si el propietario puede vender algo de la madera quemada según los procedimientos que establece la Xunta.

Además, cuando la Consellería de Medio Rural cierre sus datos sobre las hectáreas quemadas, se podrá saber qué porcentaje del terreno afectado es boscoso.

La Xunta publica anualmente ayudas para la reforestación y para la creación de superficies forestales, destinadas a la preparación del terreno, compra de la planta y mantenimiento e injertado -importante en caso de los castaños, por ejemplo-, así como para la construcción de infraestructuras y obras relacionadas. El importe máximo de la inversión por hectárea de actuación en las ayudas de este años es de 1.853 euros en especies de coníferas y de 2.398 euros en las de frondosas.